Hermanos, nos sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?»
I Cor 3, 16
a la sabiduría le gusta estar
allí donde juegan sus hijosporque ella misma es una niña
¡tierna maravilla!
Angelus Silesius
Amistad
Nos entendemos bien. Yo lo dejo ir a su antojo, y él me lleva siempre adonde quiero.
Sabe Platero que, al llegar al Pino de la Corona, me gusta acercarme a su tronco y acariciárselo, y mirar el cielo a través de su enorme y clara copa; sabe que me deleita la veredita que va, entre céspedes, a la Fuente vieja, que es para mí una fiesta ver el río desde la colina de los pinos, evocadora, con su bosquecillo alto, de parajes clásicos. Como me adormile, seguro sobre él, mi despertar se abre siempre a uno de tales amables espectáculos. Yo trato a Platero cual si fuese un niño. Si el camino se torna fragoso y le pesa un poco, me bajo para aliviarlo. Lo beso, lo engaño, lo hago rabiar… él comprende bien que lo quiero, y no me guarda rencor. Es tan igual a mí, tan diferente a los demás, que he llegado a creer que sueña mis propios sueños.
Platero se me ha rendido como una adolescente apasionada.
De nada protesta. Sé que soy su felicidad. Hasta huye de los burros y de los hombres.
El ángel te contempla
con ojos serenosyo te contemplaré
más intensamentesi me abandono del todo a ti
Angelus Silesius
eres
verdad
verbo
luz
vida
comida
bebida
camino
peregrino
puerta
y moradaeres
el milagro
de ser todoAngelus Silesius
Una esperanza que no decepciona porque, al darnos el Espíritu Santo, Dios nos ha inundado de su amor el corazón» Romanos 5, 5
Jesucristo nuestro Señor nos mantiene en paz con Dios. Cristo mismo ha sido quien nos ha instalado. mediante la fe, en esta situación de gracia en la que vivimos y nos hace poner nuestra honraz en la esperanza de participar en la gloria de Dios. Romanos 5, 1-2
mil veces
podrías nacer en Belén
pero si no te dejo
nacer en mí
andaré perdido para siempre
Angelus Silesius
¿Quién hay capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le plazca. Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrara su reflexión.
San Efrén
Angelus
Mira, Platero, qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas blancas, sin color… Diríase que el cielo se deshace en rosas. Mira cómo se me llenan de rosas la frente, los hombros, las manos… ¿Qué haré yo con tantas rosas?
¿Sabes tú, quizás, de dónde es esta blanda flora, que yo no sé de dónde es, que enternece, cada día, el paisaje, y lo deja dulcemente rosado, blanco celeste —más rosas, más rosas—, como un cuadro de Fra Angélico, el que pintaba la gloria de rodillas?
De las siete galerías del Paraíso se creyera que tiran rosas a la tierra Cual en una nevada tibia y vagamente colorida, se quedan las rosas en la torre, en el tejado, en los árboles. Mira: todo lo fuerte se hace, con su adorno, delicado. Más rosas, más rosas, más rosas…
Parece, Platero, mientras suena el Ángelus, que esta vida nuestra pierde su fuerza cotidiana, y que otra fuerza de adentro, más altiva, más constante y más pura, hace que todo, como en surtidores de gracia, suba a las estrellas, que se encienden ya entre las rosas… Más rosas… Tus ojos, que tú no ves, Platero, y que alzas mansamente al cielo, son dos bellas rosas.