Exceso

El exceso es la superación entusiasta del puro cumplimiento, es vivir la entrega a Jesús como algo que es necesario, como algo que para nosotros es obvio. Pero sobretodo como algo que es grato, que es sabroso. Por eso la facilidad para excederse en las manifestaciones concretas de la entrega: en la abnegación por los demás, en la generosidad, en el desprendimiento, en la capacidad para perdonar, en la humilde aceptación de las propias limitaciones, en la oración abundante, en una sabrosa alegría como música de fondo, y tantas cosas que no se conocen cuando se vice solo en el cumplimiento»

M. Matos

2553__43b1659f10981

Retrete interior

Quien pueda debe tener mujer, hijos y bienes, pero sin aficionarse tanto a ellos que su felicidad de ellos sólo dependa. Siempre conviene tener una estancia, secreta y propia, en la que establezcamos nuestra verdadera libertad y nuestra principal soledad y retiro. Allí es donde debemos ordinariamente platicar con nosotros mismos, haciendo ese lugar tan privado que ningún conocimiento ni amistad extraña penetre. Y allí hemos de discurrir y regocijarnos, sin mujer, sin hijos, sin bienes, sin pompas, sin criados; y de ese modo, cuando perdamos todo eso no nos será novedad pasarnos sin ello. Tenemos un alma que puede replegarse sobre sí misma y a sí propia hacerse compañía, poseyendo medios propios de asaltar y defenderse, de recibir y de dar.

M de Montaigne

26-03-02/27