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Calma, Señor, mi sed de existir y, a través de los estratos d etu ser profundo, atráeme hasta los repliegues más íntimos del Centro de tu corazón»

Teillard de Chardin

“Méteme, Padre eterno, en tu pecho,
misterioso hogar.
Dormiré allí, pues vengo deshecho
del duro bregar”.

Miguel de Unamuno

la realización humana no adviene ascendiendo puestos, sino bajándolos, porque el lugar más bajo, el último, es el más universal, allí donde es posible encontrar más belleza, verdad y bien. Charles de Foucauld entendió que subir es alejarse de los hombres hasta perderlos de vistra, y que bajar es compartir su suerte, su carne, su historia»

Quizá sea esta la principal lección que Teresa de Lisieaux nos ofrece hoy a todos, que solemos fijarnos demasiado en las aparatosas fachadas que aparecen en los múltiples medios de comunicación, olvidándonos de que, a los ojos de Jesús lo único que vale son las ocultas y humildes intenciones del corazón.»

En este libro quisiera ver a Dios por doquier. No hay nada profano, si hay ojos para ver.»

Teillard de Chardin, introducción al Medio Divino

Lo que predica el cristianismo, según  Bonhoeffer, es el valor infinito de todo lo que aparentemente no tiene valor y la falta de valor de lo parece valer mucho.

la oración encuentra su fuente en el silencio y la paz interior; es ahí donde se manifiesta la gloria de Dios. Porque, cuando cerremos los ojos y los oídos, cuando nos encontremos en presencia de Dios, cuando, liberados de la agitación del mundo exterior, estemos dentro de nosotros mismos, entonces veremos claramente en nuestras almas el reino de Dios. Porque el reino de los cielos está en nosotros mismos: es Jesús, nuestro Señor, quien nos lo dijo.»
San Juan Damasceno

«Debemos considerar para qué y cómo debemos rezar. Cuando el hombre quiere entregarse a la oración debe, ante todo, volver su corazón al interior, recordarle los desórdenes en los que se extraviaba, y entonces caer con gran humildad a los pies del Señor y pedirle generosamente limosna; llamar a la puerta de l corazón del Padre y menigar su pan, es decir, su amor. Luego debemos rogar a Dios que nos conceda y nos enseñe a pedir aquello que más le place de nuestra oración»
Juan Taulero

A la gloria de Dios se alzan las torres,
a su gloria los álamos,
a su gloria los cielos,
y las aguas descansan a su gloria.

El tiempo se recoge;
desarrolla lo eterno sus entrañas;
se lavan los cuidados y congojas
en las aguas inmobles,
en los inmobles álamos,
en las torres pintadas en el cielo,
mar de altos mundos.

El reposa en la hermosura
del corazón de Dios, que así nos abre
tesoros de su gloria.

Nada deseo,
mi voluntad descansa,
mi voluntad reclina
de Dios en el regazo su cabeza
y duerme y sueña…;
sueña, en descanso,
toda aquesta visión de esta hermosura.

Miguel de Unamuno

 

 

Hoy te canto esta canción, Señor, my darling

Stand by me

Cuando la noche ha llegado
Y la tierra está oscura
Y la luna es la única luz que veremos
No, yo no tendré miedo
No, yo no tendré miedo
Mientras tu estés, estés conmigo

Y cariño, cariño, quédate conmigo
Oh, quédate conmigo
Oh, quédate, quédate conmigo,
quédate conmigo

Si el cielo que vemos arriba
Se derrumbara y cayera
O la montaña se desmoronase hacia el mar
No, yo no tendré miedo
No, yo no tendré miedo
Mientras tu estés, estés conmigo,
estés conmigo

Y cariño, cariño, quédate conmigo
Oh, quédate conmigo
Oh, quédate, quédate conmigo,
quédate conmigo.

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Jesús, nuestra paz,
tú nos dices a cada uno:
¿por qué inquietarte?
Solo una cosa es necesaria:
un corazón a la escucha
para comprender
que Dios te ama
y que siempre te perdona

Hermano Roger de Taizé

La Palabra se hizo carne y ha acampado ya entre nosotros; ha acampado, ciertamente, por la fe en nuestros corazones, ha acampado nuestra memoria, ha acampado en nuestro pensamiento y desciende hasta la misma imaginación.
San Bernardo