Claustro de Dios

Como el silencio del mundo al alba
cuando se escucha el despertar de la luz,
o como el bosque totalmente a la escucha
del ruiseñor que canta a la noche:
así también nosotros hacemos silencio:
sentidos y pensamientos aplacados, en silencio,
sea el corazón el claustro de Dios,
donde el Espíritu ora por nosotros.

David Maria Turoldo

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