De libros: Loba

Al leer este párrafo, que narra el poder sanador y purificador de un Unicornio que visita durante el sueño al protagonista, he recordado el salmo: «hasta de noche me instruye internamente» y lo que nos dice el evangelio de que la semilla crece de noche, aunque el sembrador no sepa cómo.

«El Unicornio escuchó el graznido con atención y venció su repugnancia: inclinó la cabeza y lamió la mano deshecha con la lengua fina y roja. El muchacho sonrió en sueños. Desde esa noche, el Unicornio lo visitó muchas veces para curarlo.

El joven no se dio cuenta de que a la cercanía del Unicornio debía su convalecencia, la fuerza que regresaba a sus miembros, la cordura que poco a poco volvía a su mente(…)Ignoraba que el Unicornio lo visitaba mientras dormía, y que gracias a esos encuentros había escapado de la locura

Verónica Murguía, Loba

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