Hace algún tiempo, en un prado donde pacían las vacas y trotaban los caballos había un viejo muro hecho de piedras, y se encontraba muy cerca de un pajar y un granero.
En aquel muro tenía su hogar una parlanchina familia de ratones.
Los granjeros se habían marchado y el pajar estaba abandonado así que el granero estaba vacío. Y, como el invierno, no andaba muy lejos, los ratoncillos se pusieron a recoger, el maíz, las nueces, el trigo y al paja.
Todos trabajaban día y noche. Todos menos Frederick«Frederick», ¿por qué no trabajas?, le preguntaron.
«Yo trabajo•, dijo Frederick.
«Recojo los rayos de sol para los fríos y oscuros días de invierno.
Y cuando vieron a Frederick, mirando el prado y sentado, le dijeron:
«¿Y ahora Frederick?»
«Recojo colores», dijo Frederick, «Para el invierno gris»
Y una vez que Frederick , parecía dormido.
«¿Estas soñando Frederick?» le preguntaron con un cierto reproche
Pero Frederick dijo: » Oh, no. Estoy reuniendo las palabras porque los días de invierno son muchos y largos y se agotarán las cosas de que hablar.»