Descansar en Dios

De suerte que el orante descanse no en sus propios sentimientos, sino realmente en el Señor; no en un par de ideillas, que casualmente se le han ocurrido y reflejan su autocomplacencia, si no en la sublime y siempre mayor verdad de Señor. Si tiene amor, lo alcanzará y por el ejercicio de orar llegará a alcanzarlo, porque a amar se aprende amando.

Hans Urs von Balthasar

PAR183676

Deja una respuesta