Dulzura y plenitud

Jesús se revela con una dulzura y una plenitud sin medida, que brotan de la gracia del Espíritu Santo, y desbordan y fluyen con una plenitud y una dulzura ricas y superabundantes en todos los corazones capaces de recibirlas. Cuando Jesús se revela con esa plenitud y esa dulzura, y se une al alma el alma fluye en sí misma, y fuera de sí misma, y encima de sí misma, y por encima de todas las cosas, con el concurso de la gracia, con poder y sin mediación, y entonces retorna a su primer origen»

Maestro Eckhart

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