El hombre y lo divino

«Hace muy poco tiempo que el hombre cuenta su historia, examina su presente y proyecta su futuro sin contar con los dioses, con Dios, con alguna forma de manifestación de lo divino. Y, sin embargo, se ha hecho tan habitual esta actitud que, aun para comprender la historia de los tiempos en que había dioses, necesitamos hacernos una cierta violencia. Pues la mirada con que contemplamos nuestra vida y nuestra historia se ha extendido sin más a toda vida y a toda historia (…) Aceptamos la creencia —“el hecho” de la creencia—, pero se hace difícil revivir la vida en que la creencia era no fórmula cristalizada, sino viviente hálito que en múltiples formas indefinibles, incaptables ante la razón, levantaba la vida humana, la incendiaba o la adormía llevándola por secretos lugares, engendrando “vivencias”, cuyo eco encontramos en las artes y en la poesía, y cuya réplica, tal vez, ha dado nacimiento a actividades de la mente tan esenciales como la filosofía y la ciencia misma. Solo arriesgados “novelistas” o los ambiguos pensadores se han adentrado, imaginándola desde su particular perspectiva, en aquella vida vivida bajo la luz y la sombra de los dioses ya idos. Y en cuanto al nuestro —a nuestro Dios—, se le deja estar, se le tolera.

Y así pasamos de largo, confinándolos en un nombre, ante fenómenos de la más honda significación, considerándolos como un hecho y, cuando más, buscando su explicación en las causas que nuestra mente actual estima como las únicas reales, las únicas capaces de producir cambios: causas económicas o específicamente históricas…»

María Zambrano en El hombre y lo divino

2 comentarios en «El hombre y lo divino»

  1. Hola que tal gracias por tu aportación.
    Muy importante a tener en cuenta para plantar semillas buenas en nosotros, en los ambientes que transitamos y en todo el mundo para que den buen fruto.Que esto seria tener más en cuenta a Dios y su mensaje y hacer entender este hecho a tantas personas como podamos.
    Cuidate.
    Un saludo.

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