Embobarse en Cristo

…o que, cuando enseñaba en la ladera, la multitud se olvidara de su hambre y su sed y los cuidados de este mundo, y que a los amigos que le escuchaban al sentarse y comer la comida grosera les pareciera delicada, y el agua les supiera a buen vino, y la casa entera se llenara de la fragancia y la dulzura del mundo»

Oscar Wilde, De profundis

 

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