En la nada

Tenía los ojos cerrados y las manos sobre las piernas, lucía bastante relajado. Se veía tan plácido disfrutando de la sombra de los árboles…Parecía meditar en soledad, igual que lo hace papá en la sala de la casa: uno piensa que está dormido, pero el dice que está en la nada.

Andrea Serna, Adiós oscurita

 

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