En lo escondido I

«Grande contento es para el alma entender que nunca Dios falta del alma, aunque esté en pecado mortal ¡cuánto menos de la que está en gracia! ¿Qué más quieres, ¡oh alma!, y qué más buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción, tu hartura y tu reino, que es tu Amado, a quien desea y busca tu alma? ¡Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca; ahí te desea, ahí le adora y no le vayas a buscar fuera de ti, porque te distraerás y cansarás y no le hallarás ni gozarás más cierto, ni más presto, ni más cerca que dentro de ti! Sólo hay una cosa, es a saber, que, aunque está dentro de ti, está escondido. Pero gran cosa es saber el lugar donde está escondido para buscarle allí a lo cierto; y esto es [lo] que tú también…, alma, pides, cuando con afecto de amor dices: ¿Adónde te escondiste?

San Juan de la Cruz

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