Encarnación y silencio II

por debajo de lo dicho discurría un caudal subterráneo que es el rumor que le avisa a uno de que la literatura se escribe callando no menos que contando, y que más allá de lo que vemos y escuchamos y de lo que descubrimos en momentos singulares de lucidez o perspicacia hay cosas que no sabremos nunca, espacios en blanco a los que no llegan el conocimiento ni el recuerdo » Antonio Muñoz Molina.

Tres lecturas de esta literatura silenciosa, de esta palabra que no llega a pronunciarse, del espacio en blanco lleno de luz en su vacío cósmico:

San Juan de la Cruz decía en silencio, «callad y obrar», y nos empuja al abismo de un «no se qué que queda balbuciendo».

El salmo 18  nos muestra cómo «el cielo proclama la gloria de Dios», tan sencillamente, «sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje».

En medio del silencio el verbo se encarnó.

Firma autógrafa de Fray Juan de la Cruz

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