Evangelio V

Lo que nos ayudará será  a llevar y “guardar” en nosotros, al calor de nuestra fe y de nuestra esperanza, la palabra a la que queremos obedecer. Entonces se establecerá entre ella y nuestra voluntad una especie de pacto de vida.

Cuando tengamos nuestro Evangelio en las manos, debemos pensar que en él habita el Verbo que quiere hacerse carne en nosotros, apoderarse de nosotros, para que con su corazón insertado en el nuestro, con su espíritu unido a nuestro espiritu, reanudemos su vida en otro lugar, en otro tiempo, en otra sociedad humana.

Madeleine Delbrêl

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