Fray Luis de Granada

Admiró la perfecta maquinaria del cuerpo humano, se embelesó ante lo mínimo y no tuvo empacho en detenerse en cosas que a otros pudieran parecerles baladíes, incluso sórdidas. Por eso quiso llamar la atención sobre nuestras posaderas «cojines naturales para estar asentados sin trabajo»