Gli ucelli di Dio

hay algo en el mundo que resiste al mundo, y que no se encuentra en las iglesias ni en las culturas ni en la idea que los hombres tienen de si mismos, en la creencia mortífera que tienen de si mismos como seres serios, adultos, razonables, y esta cosa no es sino Dios, y Dios no puede ser contenido en nada sin trastornarlo inmediatamente,  más que en las canciones infantiles, en la sangre perdida de los pobres o en la voz de los sencillos y todos aquellos que contienen a Dios en sus manos abiertas, un gorrión que come pan empapado por la lluvia, un gorrión helado, chillón, un Dios que pía y viene a comer en sus manos desnudas.

Dios es ese del que saben los niños, pero no los adultos.

Un adulto no tiene tiempo que perder alimentando gorriones.

El Bajísimo, C. Bobin

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