La primera caída. Velando medito en Ti, Señor. Acumular tesoros.

Los Arcos-Logroño
6ªetapa

Padre, me pongo en tus manos, sea lo que sea, te doy las gracias.

Me desperté dos veces por la noche. Brotó espontáneamente la oración de Jesús. Velando medito en ti, Señor.

Bajando el camino, desde Torres del Río, con su maravilla octogonal, Beltrán tropieza con una piedra y cae cuan largo es. A los ángeles he dado órdenes para que te guarden en tus caminos. Ahí estaba yo, como ángel tuyo, pues en ese momento caminábamos juntos, no como habitualmente, que camino sin verle. Durante unos instantes se quedó como aturdido, mareado, no respondía a la pregunta tan boba, pero tan necesaria, ¿te has hecho algo?, y a las caricias que si no merman el dolor al menos consuelan pues uno entiende que no está solo, que hay alguien caminando con él.

Gracias, Señor, pues un peregrino que iba delante, al ver lo que pasaba, vino dispuesto a socorrernos. Camina con su hijo autista, muchos veranos realiza el camino con él, dice que es una buena terapia, por las noches el autista pega alaridos en el albergue, la niña tonta de los santos inocentes, llena de ternura recibida y compasión.

La primera caída. Esto es lo que pasó. Para qué pensar lo que podía haber pasado, lo que puede pasar.

De pronto me dices que no acumulemos tesoros en la tierra, no te agobies por el futuro, (sigo pensando en Santiago, en las etapas, en los kilómetros…) A cada día le basta su propio afán: levantarse, los dos yogures azucarados, caminar mirando el camino interior, de vez en cuando una panorámica, sudar como un guarro, vencerse, llegar, ducharse, sentir la lluvia de la ducha que te hace revivir, lavar la ropa, comer, descansar, escribir, hablar con los peregrinos, pasear en medio de calambres, agujetas y tirones, participar en la eucaristía, cenar, dormir…abiertos a ti.

Una francesa me dice que hace el camino porque es cristiana. Un italiano que quiere encontrar lo que lleva buscando desde hace años, tu rostro, Señor. ¡ Misterio de la fe! Tú entre nosotros, con nosotros, Emmanuel.

Al salir, por la tarde, me acerco hasta la parroquia de Santa María. Casualmente, en tu Providencia, me encuentro con el párroco; al verme peregrino me abre el templo – ¡abrid las puertas, no veis que estoy a la puerta y llamo! –. Puertas que se cierran, puertas que se abren, puertas que se entornan. Siempre en la puerta.

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué estraño desvarío
si de mi ingratitud el yelo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!

¡Y cuántas, hermosura soberana:
Mañana le abriremos –respondía–,
para lo mismo responder mañana!

¡Cuántas puertas en el camino…! ¡Cuántas llamadas!

En la Iglesia me quedo un rato contemplando la imagen de Santa María del Ebro. Un rato en tu paz, con María, haciéndome disponible para ti.

Vuelvo al albergue. Desde la terraza veo la torre románica, las cigüeñas, el cielo. Repito tu nombre siguiendo la danza de las cigüeñas. Tu nombre que me enciende el corazón. Gracias, Señor.

Sigo caminando. Tú en mi camino. Te vislumbro también en los caminos de Madrid, en las aceras, en las líneas de metro, en los pasos elevados, en los túneles. En el camino de cada día.

Un comentario en «La primera caída. Velando medito en Ti, Señor. Acumular tesoros.»

  1. Hola que tal bonito escrito el Señor nos dá tantas cosas y es tan bueno.El camino de Santiago está bastante bien yo no lo he hecho pero he leido y oido a varios testimonios.Te ayuda te cultiva por dentro,te enriquece y tb te cuida por fuera,haces mucho ejercicio físico que siempre va bien y te relacionas con otras personas que pueden necesitar de ti.Bueno y por supuesto el sentir los elementos de la naturaleza el aire,el sol,frio,calor etc….y también el paisaje,los pueblos y las gentes tan bonitos.
    Gracias.
    Cuidate.
    Un saludo.

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