LE1 Examinar nuestras intenciones y purificar nuestros motivos

trabajo socialTodos nosotros, trabajemos en lo que trabajemos, necesitamos examinar nuestras intenciones y purificar nuestros motivos; pero los que trabajan en el campo social lo necesitan mucho más, porque manejan poder y dirigen masas. Hay quienes van a trabajar por los pobres, movidos, sin saberlo ellos mismos, por sentido de culpabilidad, por sed de poder, por seguir la corriente, por influencia de compañeros, compensación por sentido de un complejo de inferioridad, por escapar al trabajo intelectual… Todo eso, donde se dé, ha de ser purificado, en cuanto sea posible, antes de ir a los pobres, si no queremos que el trabajador social cause más daño al buscar secreta e inconscientemente sus propios intereses, convirtiendo en instrumento para ello a esos mismos pobres a quienes profesa servir […] La pena es que la gente pone por medio su visión cristiana, o su sueño budista o su plan marxista, y con eso ya no ven a las personas, sino sus propios planes, y ponen en marcha “actividades” para llevar a cabo sus propios “ideales”. Trabajemos por los pobres y los oprimidos, por encima de todo; pero hagámoslo desde nuestra propia libertad personal, no arrastrados por complejos secretos o indigencias ocultas nuestras

Fragmento 1 del libro “«Ligero de equipaje» Tony de Mello Un profeta para nuestro tiempo” Escrito por Carlos G. Vallés S.J. pág 211

6 comentarios en «LE1 Examinar nuestras intenciones y purificar nuestros motivos»

  1. Leo más arriba […] «La pena es que la gente pone por medio su visión cristiana, o su sueño budista»…
    Me deja perplejo
    Si yo no viera en el necesitado al Cristo suficiente…lo mandaría al carajo.
    Si yo no viera al necesitado como al Jesús pobre, lo mandaría a tomar por el culo
    Si yo no amara a las familias sin recurso por amor a mi Padre, me
    haría nazi.
    Si mis agobios y mis cansancios no respondieran a la interpelaión
    que Dios me hace..iba yo a estar conduciendo una furgoneta con
    dirección «desasistida» sin aire acondicionado, a mis casi 74 años
    poniendo el hombro para cargar muebles, habiendo ejercido una profesión liberal…
    -La pena es que la gente pone por medio su visión cristiana…
    Me decía una concejala socialista:
    -Con esto que haces te encontrarás bien, te resultará gratificante
    Y yo pensaba:
    ¿Si esta supiera porqué lo hago…!
    Nada, no hago nada, por el Dios que hace tanto por mí.
    (A lo mejor no he interpretado bien el texto; en ese caso pido perdón.
    billy

  2. Efectivamente Guillermo, creo que no lo has interpretado del todo bien, pero es bueno que lo comentes para resolver el posible malentendido.

    Se trata de un fragmento de un capítulo, quizá leyéndolo entero se entendía mejor que estaba hablando de que la motivación no puede ser el cristianismo: “tengo que ayudar porque soy cristiano” La motivación tiene que ser la otra persona, además como cristianos cobra más fuerza, porque Dios está en esa persona, no porque es mi plan, sino porque es el plan de Dios, dice el texto: “con eso ya no ven a las personas, sino sus propios planes” es decir que las teorías, filosofías y doctrinas de la religión, o de alguna corriente de pensamiento no han de nublar la verdadera motivación, que más o menos has comentado en tu mensaje.

    Durante varias semanas iré poniendo más fragmentos de este mismo libro con distintas temáticas, que me han resultado interesantes

  3. No es mi intención polemizar por supuesto. Esta discusión la he tenido hace muchos años con 2 párrocos y sigo sin entenderlo.
    Para mí la «motivación no es la otra persona»
    «Homo hóminis lupi» que dijo Plauto
    Es la otra persona en cuanto…… Y de este burro no me apea nadie.
    En fin, como me diría el Padre Don José María en San Felipe: «La estulticia le salva»
    guillermo

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