El pecado siempre presenta la libertad como libre arbitrio: una elección entre el bien y el mal. Esto no es el don de la libertad que Dios nos ha confiado. La libertad no es tanto poder elegir entre el bien y el mal, sino secundar con mi voluntad la dirección hacia la que oriento mi ser. Paradójicamente el mayor grado de libertad es la obediencia al modo de Cristo, pues por ella me oriento hacia la filiación, el ser hijo de Dios, que es la plena realización de la condición humana.
Fuente
Qué bien me suena esa música a Tenace, Rupnik, Spídlik, Oriente cristiano, persona, divinización, Lossky, Bulgakov, Gregorio de Nisa… aprovecha ese aire puro y fresco y llénate los pulmones.
Qué olfato tienes Paco! Estas líneas las he escrito justo después de una clase de Tenace ;)
Hola que tal gracias por tu aportación.Si es muy importante a tener en cuenta.Así es la propia libertad la que nos orienta ya que ella misma nos lleva a la plena filiación cn nuestro Padre.
Cuidate.
Un saludo.