Manolo Iceta .Descanse en paz.

Siempre paseando por los alrededores del colegio, con su bastón, paso a paso. Sentado en un banco, contemplando a la gente, pasaba muchas tardes.
Los domingos en misa, desde la última fila, al verme pasar, un apretón fuerte de manos, una sonrisa.

Para todos ha sido una noticia inesperada, pero sabemos que ahora está bien cuidado, mirándonos desde donde esté, recibiendo las manos abiertas del Padre.

Vicente Benavent escribía en Facebook:

«Hoy un poco triste. Ha fallecido Manolo Iceta Sm. Hermano y compañero de comunidad. ¿Qué decir de él? Lo ha sido todo para la Compañía de María. Por su testimonio de vida. Ahí nos queda su obra. Un regalo de vida que ha dejado mucho en herencia. Importantísimo para las fraternidades (Comunidades Laicas Marianistas), sus libros (La cena que recrea y enamora; Vivir en pareja, entre otros), su etapa en Colombia, el papel que supo cumplir en la Fundacíón Santa María dirigiéndola… la Olimpiadas Marianistas. Descanse en paz. La providencia hizo, que ayer mismo en la comida y con él, hiciesemos un repaso entero a su vida. Hablamos de todo, no sé muy bien por qué. Ahora sí que lo sé.»

9 comentarios en «Manolo Iceta .Descanse en paz.»

  1. Estoy viendo la imagen de Manolo y ella me dice que no no solo era muy querido en su comunidad ademas tine un semblante que irradia paz mucha paz lo que me dice que era una muy buena persona espero que ahora este con dios dios y que descanse en paz un sentido pesame a sus familiares y a los que lo querisn o mejor dicho lo quieren un abrazo a todos

  2. Manolo no es sólo el anciano del banco. Manolo era el hombre siempre ocupado (como todos los marianistas) que al pararse contigo en un pasillo, conseguía que el tiempo se detuviera para ESTAR contigo al 100%. Las Fraternidades Marianistas no existirían en la Provincia de Zaragoza sin él y muchos de nosotros/as le debemos ser quienes somos. Él nos enseñó que para rezar con 18 años hay que escuchar cómo Dios te dice: «Yo, el Señor, te llamo por tu nombre, déjame quererte tal como tú eres». Y que una vez que te aceptas, basta con decir «Señor, yo creo en Ti, confío en Ti, Te quiero». Manolo ha sido una figura clave en nuestra historia como Familia Marianista, una figura que desgraciadamente habíamos perdido antes de que se fuera (ese silencio sobre su persona en la celebración de los 25 años de Fraternidades), como los hijos/as que se rebelan ante el peso del mentor.
    Cuando murió su padre, él presidió el funeral. Revestido de blanco y dando gracias a Dios por su gloria. Así lo hubiera querido para él.

  3. Es curioso. No sé nada de los marianistas, aunque me encanta este blog. Cuando ví la fotografía pensé en un anciano con una vida vacía que llenaba mirando…Cuando me entero de que fue fecundísima hasta vaciarse, me pregunto si entiendo algo de ese Dios en el que nos movemos y existimos.

  4. ¿Qué decir de Manolo? Lo conocí cuando tenía 18 años y ahora tengo 41. De él aprendí unas cuantas cosas importantes en la vida. Hacía mucho que no sabía nada de él, pero estoy segura de que, desde donde esté, nos mirará con esa mirada siempre llena de cariño hacia sus amigos. Ciertamente, descansa en paz. Un abrazo, Manuel.

  5. Estimadisima tocaya pura a dios no hay que entenderlo sino sentirlo porque esta en cada uno de nosotros y nos ama como sus hijos que somos de el podria decirte mas sobre el tema pero hoy estamos en cierta forma festejando la ida de manolo con el señor pero de todas maneras nos acongoja su partida pero nos quedamos conformes sabiendo que el lo recibira con mucho amor como el tubo con muchas personas que lo conocieron.

  6. Hace mas de treinta años que le conozco, hace mucho tiempo que no sabia de él, pero siempre espere volver a encontrarme con él, y hoy me entero de que ha fallecido.
    Cuanto lo siento. Tengo un gran afecto hacia él, aunque no pudiese darme las respuestas que tanto le pedia. Las encontre a pesar de todo, pero siempre pense en tener esa conversacion con él.

  7. Vivo en Colombia y tengo la suerte de hacer sido alumna de Manolo, Su labor en mi vida, en el colegio y en quienes lo conocimos marco una huella inborrable aún hoy a mis 52 años. Dios lo tiene a su lado y doy gracias por haberlo tenido al mio.

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