Mi amado

Mi Amado, las montañas, la música del agua que fluye de los manantiales y corre veloz por las acequias, los valles y vergeles, los ríos rumorosos que van a encontrarse con el mar, las manzanas que rompen en la aurora y los frutos del tiempo, tan dulces a mi boca. Sus besos que licuan la miel de las colmenas y me ofrecen jalea real, sus diminutos pies como peces que atrapo sin cesar y se escabullen, moviéndose en el agua; sus manos como ramos de jacintos, sus ojos almendrados de gacela que trisca, ligera, en la sabana… Y la dulce vaguada de su vientre, donde a veces reposa mi cabeza, mientras trenza primorosamente con sus dedos mis cabellos ensortijados. Mi amado conoce mis secretos y yo conozco los suyos. Él es para mí, como yo soy para él y los dos somos uno.

José Antonio Sáez

Deja una respuesta