Oculto

Para dedicarse a un arte, para profundizar en una ciencia, el espíritu necesita soledad y aislamiento, necesita recogimiento y silencio. Ahora bien, para el alma enamorada de Dios, para el alma que ya no ve más arte ni más ciencia que la vida de Jesús, para el hombre que ha encontrado en la tierra el tesoro escondido, el silencio no le basta, ni su recogimiento en soledad. Le
es necesario ocultarse a todos, le es necesario ocultarse con Cristo, buscar un rincón de la tierra donde no lleguen
las profanas miradas del mundo, y allí estarse asolas con su Dios.

San Rafael Arnáiz, monje trapense

praiyer

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