2015 11 Feb
8551 visitas
Mi querido Redentor, he aquí mi corazón, te lo doy entero; ya no me pertenece más, es tuyo. Entrando en el mundo, te ofreciste al Padre eterno, ofrecido y dado toda tu voluntad, como nos lo dices por boca de David: “Está escrito de mí, en el libro de la Ley, para hacer tu voluntad. Es lo que siempre quise, Oh Dios mío ” (Sal. 39,8-9).
San Alfonso María de Ligorio
Enlázanos
Más iconos Nova Bella