Oración de abandono

Llamarte Padre, como te llamo en el Padrenuestro. Escribir cada día, literalmente, a mano, desde hace ya más de treinta  y cinco años, el inicio de la oración de abandono, la oración de Foucauld, para hacer una lectura creyente de lo que he vivido, para sentirme en brazos de mi padre, acurrucado en ti: Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre.

orante 2

Deja una respuesta