El hermano Carlos pregunta a Jesús cómo era su oración, y El responde:
era en primer lugar y sobre todo adoración, es decir, contemplación, admiración muda que es el más elocuente de los lenguajes: tibi silentium laus (para ti el silencio es alabanza) , esa admiración muda que esconde la más apasionada de las declaraciones de amor, una oración continua puesto que orar significa estar con Dios»
Beato Charles de Foucauld