Queridos amigos, en el siglo pasado Albert Schweitzer, teólogo protestante y premio Nobel de la paz, afirmaba que «Pablo es un místico y nada más que un místico», es decir, un hombre verdaderamente enamorado de Cristo y tan unido a él que podía decir: Cristo vive en mí. La mística de san Pablo no se funda sólo en los acontecimientos excepcionales que vivió, sino también en la relación diaria e intensa con el Señor, que siempre lo sostuvo con su gracia. La mística no lo alejó de la realidad; al contrario, le dio la fuerza para vivir cada día por Cristo y para construir la Iglesia hasta los confines del mundo de aquel tiempo.
Benedicto XVI, Catequesis sobre la oración
Un comentario en «Oración y mística I: San Pablo»
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Hola que tal gracias por tu aportación.Muy bonito e interesante y para tomar ejemplo y hacernos reflexionar también.
Cuidate.
Un saludo.