El asombro


El asombro de un enamoramiento, la belleza de un paisaje, la verdad de un encuentro auténtico con alguien que te mira a los ojos y te escucha, el estupor ante la muerte de alguien que amas, la impresión estética de un concierto, la pregunta ante el misterio del dolor, la injusticia o la pobreza, la estrecha relación que existe entre lo esencial y la verdadera alegría que se experimenta en la peregrinación… Ahí se necesita la compañía de alguien que dé hondura a estas vivencias, sin censura, y, a través de ellas, despierte a las grandes preguntas sobre el sentido de la vida. Aquel que es capaz de hacerse esas preguntas y admirarse por ellas, se ha abierto a la búsqueda de Dios. Ha sido tocado por Él. La piedra del corazón empieza a moverse para dar cabida a Dios»

Carolina Blazquez Casado, El peligro de la espiritualidad sin Dios, en Vida Nueva nº 2845

TRADIC~1

Navidad III

La figura de Cristo niño no es para los niños. Es para aquellos que se niegan a abandonar y hacerse viejos; para aquellos a quienes la vida llega de nuevo y con un nuevo propósito cada día; para aquellos que pueden dejar que se esfume el ayer, a fin de que la vida esté siempre llena de nuevas posibilidades; para aquellos que se sienten inquietos por las novedades, cualqueira que sea su edad. La vida es para los que viven, para aquellos para quienes la navidad es una fiesta sin fin, una celebración de la constancia del cambio, una llamada a empezar una vez más el viaje hacia el gozo humano y el sentido sagrado.

Joan Chittister, En busca de la fe

Navidad I

Nosotros nacimos, Jesús nació. Lo que Jesús hizo paa que sobreviviera la vida, para crear vida, para hacerse vida, nosotros también lo podemos hacer. Mejor dicho: lo que nosotros hacemos para que la vida sobreviva, para engendrar la vida, para crear vida, para hacernos vida, Jesús lo hizo antes que nosotros. Nuestras luchas no son nuevas. Nuestras preguntas no carecen de sentido. Nuestras cargas no son insoportables.

Joan Chittister, En busca de la fe

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De libros: Loba

Al leer este párrafo, que narra el poder sanador y purificador de un Unicornio que visita durante el sueño al protagonista, he recordado el salmo: «hasta de noche me instruye internamente» y lo que nos dice el evangelio de que la semilla crece de noche, aunque el sembrador no sepa cómo.

«El Unicornio escuchó el graznido con atención y venció su repugnancia: inclinó la cabeza y lamió la mano deshecha con la lengua fina y roja. El muchacho sonrió en sueños. Desde esa noche, el Unicornio lo visitó muchas veces para curarlo.

El joven no se dio cuenta de que a la cercanía del Unicornio debía su convalecencia, la fuerza que regresaba a sus miembros, la cordura que poco a poco volvía a su mente(…)Ignoraba que el Unicornio lo visitaba mientras dormía, y que gracias a esos encuentros había escapado de la locura

Verónica Murguía, Loba

De película: To the wonder

¿Me pierde la estética? Quizá, pero yo diría, más bien que, a fin de cuentas, y para qué engañarnos, la belleza acaba siendo siempre el último refugio del devoto del arte»

Enric Alberich, Atrapando instantes, en Cultura s, suplemento de La Vanguardia, 568, 8 de mayo de 2013

Acabo de ver to the wonder. rarísima. Lenta. Desestructurada. hermosa. Inquietante. Mística. Crística. La búsqueda del amor. leo una crítica en el blog cine espiritual de Peio Sánchez:

¿Será posible el amor de Marina y Neil? ¿Se revelará el Dios escondido en medio de la noche oscura del sacerdote?
En el deambular de esta narración bella y exasperante, profunda y epitelial, luminosa y deprimente, casi bipolar en último extremo, el esforzado espectador queda desconcertado.

En definitiva, Malick nos muestra con atrevimiento de profeta que el amor humano es deseo imposible, los sentimientos y la pasión son nostalgia de la unión entrevista pero no consumada y la unidad ansiada se transforma en distancia impotente. Las fases del amor humano llevan una consigna de caducidad. Pero es el amor a Dios el que contrasta al amor romántico de los seres humanos. Para ello está puesta, como clave de bóveda de la película, la búsqueda del padre Quintana. El amor divino termina por salir al encuentro como iluminación y fuerza rescatadora en Cristo (así directo y sin anestesia). Solo allí descubre el buscador y el nostálgico que el amor es posible. No me extraña que Malick exaspere, aburra, inquiete y atraiga.

Transfigurada

Todo me sabe a fresco, todo me sabe a nuevo, me lleno de Jesús y lo doy a los demás sin mayor ciencia»

Esto lo dice una paisana de San Juan de Ávila, doctor de la Iglesia, de Almodóvar del Campo.  Es una buena descripción del apóstol manchego, llamado de Andalucía. Hoy celebramos su fiesta y la de todo el clero español. Pastores con olor a oveja.