Belleza interior. Sabiduría. Oración de Sócrates

Platón refiere una oración de su maestro, Sócrates, considerado con razón uno de los fundadores del pensamiento occidental. Sócrates rezaba así:
«Haz que yo sea bello por dentro; que yo considere rico a quien es sabio y que sólo posea el dinero que puede tomar y llevar el sabio. No pido más»

Que vea. Ceguera y oración

En el antiguo Egipto encontramos  el  testimonio de un hombre ciego, pidiendo a la divinidad que le restituyera la vista. Atestigua algo universalmente humano, como es la pura y sencilla oración de petición hecha por quien se encuentra en medio del sufrimiento, y este hombre reza:

«Mi corazón desea verte… Tú que me has hecho ver las tinieblas, crea la luz para mí. Que yo te vea. Inclina hacia mí tu rostro amado».

«Que yo te vea»: aquí está el núcleo de la oración.»

Benedicto XVI, Catequesis sobre la oración

De película III: amor

http://youtu.be/HNj-CA2-Nd4

Obra maestra (…) Una tierna, desgarradora e impecablemente dirigida historia sobre el amor y la muerte.

Magnífica en su simplicidad y en su implacable honestidad acerca de la vejez, la enfermedad y la muerte

Haneke se muestra casi tierno (…) realiza una aproximación rigurosa a la vejez sin caer en el tremendismo y evitando el inútil ternurismo (…) Una película que, de alguna manera, humaniza a Haneke. Lo reconcilia con la vida.(Salvador Llopart: Diario La Vanguardia)

La historia de amor más auténtica del cine reciente (…) obra maestra absoluta» (Sergi Sánchez: Diario La Razón)

Amour_Haneke
Georges (Jean-Louis Trintignant) y Anne (Emmanuelle Riva) son un matrimonio que lo único que desean después de llegar a una jubilación merecida y una vida repleta de satisfacciones debido a sus profesiones, profesores de música ambos, es vivir el resto de sus días unidos en armonía con sus pasiones y su amor.
Pero la vida les dará un revés y lo que siempre había sido tranquilidad para ellos y buena salud se volverá en su contra poniendo a prueba su matrimonio y su aguante, y sobre todo el amor que se procesan, ese que hasta ahora había sido algo que allanaba y llenaba todo en su convivencia.
amour-haneke
Poner a prueba el amor de una pareja es algo que es cotidiano y por lo que día a día todo el mundo pasa. Pero si esto es contado de una manera casi poética, a la vez que incisiva y punzante, donde ese amor que se ha procesado hacia el contrario ha sido infinito y del que nunca se ha dudado y jamás ha faltado. En esta cinta los personajes de repente nos encajan en sus vidas respectivas, que eran una, cuando uno de ellos cambia, y no quiere que ese amor se trasforme en compasión, en ayuda, ya no le vale, o simplemente ya no quiere que se mantenga de esa manera, ya no quiere vivir, pero ¿si uno faltase querría vivir el otro?.»Susana Peral.

La película nos interroga sobre la vida y la muerte.
¿Qué respuesta damos?
Queda la cruz, y la resurrección

 

via pulchritudinis. La vía de la belleza. Arte y oración

Tal vez os ha sucedido alguna vez ante una escultura, un cuadro, algunos versos de una poesía o un fragmento musical, experimentar una profunda emoción, una sensación de alegría, es decir, de percibir claramente que ante vosotros no había sólo materia, un trozo de mármol o de bronce, una tela pintada, un conjunto de letras o un cúmulo de sonidos, sino algo más grande, algo que «habla», capaz de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de elevar el alma.

Una obra de arte es fruto de la capacidad creativa del ser humano, que se cuestiona ante la realidad visible, busca descubrir su sentido profundo y comunicarlo a través del lenguaje de las formas, de los colores, de los sonidos. El arte es capaz de expresar y hacer visible la necesidad del hombre de ir más allá de lo que se ve, manifiesta la sed y la búsqueda de infinito. Más aún, es como una puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano. Una obra de arte puede abrir los ojos de la mente y del corazón, impulsándonos hacia lo alto.

Benedicto XVI, 31.08.12, Arte y oración

Apolo de Dresde, exposición de Dioses y hombres, Museo del Prado, octubre 2008

De película II: pura vida.

La solidaridad hecha vida.
Pura solidaridad de los montañeros que unen sus fuerzas para rescatar a Iñaki Ochoa, a 7.800 metros, en el Annapurna, que estaba enfermo de
muerte.
Don, un montañero que ya había abandonado la cumbre y estaba descansando en Katmandú, justifica así el haber respondido sin dudar a la llamada de volver a subir y participar en el rescate:

«¿Qué haríamos sin amor? Ya nos dió el ejemplo Jesús:
no hay amor más grande que el que dar la vida por los amigos.»

 

Recordar las maravillas.

http://youtu.be/uVfDg4t6wZs

Porque es eterna su misericordia

en nuestra oración deberíamos mirar con más frecuencia el modo como el Señor nos ha protegido, guiado, ayudado en los sucesos de nuestra vida, y alabarlo por cuanto ha hecho y hace por nosotros. Debemos estar más atentos a las cosas buenas que el Señor nos da. Siempre estamos atentos a los problemas, a las dificultades, y casi no queremos percibir que hay cosas hermosas que vienen del Señor. Esta atención, que se convierte en gratitud, es muy importante para nosotros y nos crea una memoria del bien que nos ayuda incluso en las horas oscuras. Dios realiza cosas grandes, y quien tiene experiencia de ello —atento a la bondad del Señor con la atención del corazón— rebosa de alegría.»

Benedicto XVI, 12.10.11,
comentario al salmo 126.
Catequesis sobre la oración

De película I: la cueva de lo sueños olvidados

Ante tantos problemas que parece se condensan en este año 2013, no hay nada como poner perspectiva.
Hace 32.000 años algunos hombres pintaron la cueva de Chauvet, en Francia.
La más grande manifestación de arte rupestre que se conoce. El arte de un artista desconocido, una cueva  que durante 32.000 años ha permanecido oculta.
Sin que nadie la conociera. Sin que el nombre del autor esté en WiKipedia

La película, un documental de W. Herzog, es imprenscindible. Y bella.

Pasar, dejar un rastro permanente de humanidad, sin identidad. He ahí la plenitud: cuando desaparece el yo.Y si no tengo yo, a quién afectan los problemas.

Tiempo ordinario. Transfiguración. Más allá, en lo real

Paseaba un día por una ciudad de provincia. De pronto el mundo me pareció transfigurado, de tal manera que me sentí llevado por una alegría desbordante. No puedo contarle lo que fue aquello, hubo como un cambio en el aspecto mismo de la ciudad, de la gente, del mundo. Me parecía que el cielo estaba más cerca. Casi lo palpaba. Tan sólo puedo hablar de intensidad, densidad, presencia y luz.
(Eugène Ionesco)

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