Poema

vuélvete como un niño,
vuélvete mudo, vuélvete ciego.
Tu propio yo nada ha de volverse,
ahuyenta lejos de ti
todo yo y toda nada.
Ni lugar ni tiempo
hasta imágenes evita.
Marcha sin camino,
por la estrecha vereda,
llegarás así a la vía del desierto.

Oh alma mía,
sal y entra en Dios.
Húndase todo mi yo
en la nada de Dios,
húndase en la misma marea.
Si huyo de ti
tú vienes a mí.
Si yo me pierdo,
a tí te encuentro:
oh, bien más allá de todo ser.

Grano de mostaza, entorno del Maestro Eckhart

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