Poema

Nado en pos de la luz, contracorriente,
y siento, salpicándome en la frente,
entre juncos de sed, oscura arcilla.

Más no me rindo, Dios, ni desespero.
Tenaz y decidido, solo quiero,
cruzar el mundo a nado hasta tu orilla.»
Enrique Barrero

Deja una respuesta