Profetas de esperanza

hoy hacen falta más que nunca profetas de Esperanza. Verdaderos profetas, hombres y mujeres, enteramente poseídos por el Espíritu Santo, de una esperanza verdadera. Es decir, hombres (y mujeres) desinstalados y contemplativos, que saben vivir en la pobreza, la fortaleza y el amor del Espíritu Santo, y que por eso se convierten en serenos y ardientes testigos de la Pascua. Que nos hablan abiertamente del Padre, nos muestran a Jesús y nos comunican el don de su Espíritu”.

Card Pironio, Meditación para tiempos difíciles

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