Púgil en reposo

Pero lo que hace tremendamente dramática esta escultura no son las heridas ni el cansancio, sino la apariencia de desánimo, de resignación  ante una derrota presentida; y, sobre todo, su certeza de que es un hombre de quien escapa la juventud…

Nunca he visto el vigor de un hombre fornido ecperimentgar tanta fragilidad de espíritu.

Javier Reverte, Un otoño romano

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