Reformas desde la perspectiva cristiana

Urge premiar el esfuerzo y penalizar a quien no se esfuerce. Habrá que dar ayudas a quienes no tienen posibilidades, pero si hacen un mal uso de ellas, deberían perderlas. No se trata tanto de ensalzar el éxito, como de evitar que la ayuda social perpetúe la dependencia de quien la recibe (…) No podemos tener un Estado paternalista en el que no se potencie que la gente se desarrolle como persona y utilice su libertad para crecer y aportar su parte a la sociedad. (…) El mercado deja gente detrás y a esa gente hay que seguir ayudándola

E. LLuch

 

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