¡Sálvame!

¡Sálvame!… Quiero la Luz
¡Sálvame!… Quiero ver la luz… ¡Sálvame!
Te he llamado para que me salves.
Y te he llamado a ti…
no a la hermosa doncella vestida de blanco con una ramita de laurel para el bonete del juglar.
Te he llamado a ti… a ti… viejo sayón inmisericorde.
Y te he llamado para que luego de oírme
registres esta cueva,
abras las ventanas,
derribes las puertas,
barras las tinieblas,
quemes mis entrañas
y dejes entrar de nuevo en esta casa subterránea en este cuerpo funeral…
la Alegría y la Belleza resurrectas,
como un río de luz sin presas y sin frenos.

León Felipe

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