Se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo
Buenos Libros, Cristianismo, Justicia, Paz e Integridad de la Creación, Meditación Dejar un comentarioEl juez más justo que la historia haya conocido jamás se encuentra un día con estas palabras, venidas de un asesino al que acaba de condenar:
No eres un juez sino un ignorante, pues tan solo sabe del golpe quien lo siente en carne propia y no quien lo asesta; solo aquel que ha sufrido puede medir el sufrimiento. Tu orgullo osa castigar a los culpables y tú eres el más culpable de todos, pues yo he quitado la vida en un arrebato de cólera, mientras que tú me quitas la mía a sangre fría y me aplicas una medida que tu mano no ha sopesado para descubrir su propio peso.
A partir de aquí el protagonista decidirá renunciar a su categoría y experimentar el castigo que había impuesto, empezando así un camino de redescubrimiento de la relación con el prójimo.
Leyendo este fragmento y gran parte del libro, no puedo evitar hacer un paralelismo con el fundamento del cristianismo que se expresa en la carta de Pablo a los Filipenses, un Dios que se hace hombre para poder decir algo a los hombres:
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Javi Sanz ya comentó este mismo libro aquí: Los Ojos del Hermano Eterno. Sin embargo, tras leerlo yo, no puedo evitar retomarlo.
Etiquetas: empatía, hermano, justicia, prójimo
noviembre 1st, 2010 at 09:28
A mí me lo recomendó Javi también. Fue un verdadero regalo para mi espíritu
noviembre 24th, 2012 at 00:28
MUY BELLO Y ANALOGO EL PARECIDO PARECE CASI PERFECTO ES UN PASAJE TAN PROFUNDO COMO LO FUERON SUS LLAGAS EN LAS MANOS PIES Y EL PECHO SALUDOS AMIGOS.