Ser visitado. ¿Turista o peregrino? Tú mi camino, mi verdad mi vida.

Nájera-Grañón
8ª etapa

Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo.

Dimos una vuelta casi a la redonda para encontrar la puerta del albergue, en la torre de la iglesia, en Grañón, con un calor de alferecía. A veces la solución más sencilla, la puerta en nuestras narices, es la que más rodeos nos hace dar. Gracias, Señor, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has manifestado a los sencillos.

En el albergue hay silencio y cuidado exquisito en la relación.
En la cartelera un lema: la diferencia entre el turista y el peregrino es que el turista visita y el peregrino es visitado. Con esto ya tengo para toda una contemplación de tu amor. Visítame tú, Señor, desde el seno Virginal de María. Que mis entrañas salten de gozo. Proclama mi alma…

Salimos de Nájera a las seis. Campos de paja. Solo se ve camino. Voy repitiendo con el corazón, con los labios, con los pies, señor, ten misericordia de mi. Solo veo camino, camino; y los pies al andar.

Marlon me cuenta su búsqueda, el por qué de su caminar. No es religioso. Quiere encontrarse. Hasta ahora no hablaba castellano. Hoy me habla, en portuñol, de su soledad después de sus varios matrimonios…que su camino le recupere. Muéstrale tú, Señor, lo que tiene oculto en su corazón.

Llegar desde Santo Domingo a Grañón nos ha hecho para momentos duros de calor. Junto al cementerio, un nogal, ha sido la bendición de tu sombra. Hemos optado por empezar a frecuentar albergues pequeños, donde haya dos o tres reunidos en tu nombre y no los ciento cuarenta y cuarto del Apocalipsis, que te alaban con demasiada algarabía.

En tus manos, Señor. Se tú camino, mi verdad, mi vida. Se tú el camino que me desvela sin mostrarme nada en particular. Contrasta mi vida. Hazme disponibilidad.

Después de las liturgias diarias, sacras y profanas, pues todo de todo se hace un culto agradable a ti, intento dibujar en mi cuaderno la ventana gótica de la sala, geminada, con su ojiva, traspasada por mi bordón. Dibujar no es lo mío, pero pone un toque artístico a tanta letra de bitácora. Colgamos la ropa recién lavada en las vigas del campanario. Deliciosa estampa de contraluces. Gracias.

Tengo las rodillas hechas polvo y cojeo excesivamente. Me admira que no se me ocurra ir a un médico, con lo aprensivo que soy. Igual el médico me dice que deje el camino, y prefiero continuar mientras el cuerpo aguante. ¿No quiero aceptar la realidad? ¿Quiero forzarme para descubrir el verdadero límite? ¿Me intento demostrar algo? Preguntas que aletean, e incordian, como las moscas. El hospitalero me dice que si quiero me puedo quedar un día más. Le digo que por la tarde no puedo con los pies, mientras que por la mañana, en cuanto me caliento, camino.

Tú verás. Pero no vas a llegar muy lejos. ¿Llegaré a Burgos? Ya has llegado hasta Grañón.

Mis pies, todo mi ser, en tus manos.

Miro por la claraboya, la torre, el cielo, el anochecer. Gracias por el día.

Un comentario en «Ser visitado. ¿Turista o peregrino? Tú mi camino, mi verdad mi vida.»

  1. Hola que tal bonito escrito como siempre y cn riqueza espiritual.
    Me sorprende la tenacidad,el esfuerzo,el no abandonarse del peregrino.Eso en la vida diaria común de todos es muy importante también.Lo que se vive en el camino fisico tb se vive en la vida diaria.Y de la manera en como actua el peregrino en el camino fisico así actua en su vida.
    Gracias.
    Un saludo.

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