Sublime conocimiento. Aceptar la realidad. Me haces vivir tranquilo

Barbadelo-Gonzar
25ªEtapa

Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre.

María y José no tuvieron sitio en la posada, no encontraron un lugar en el albergue. El Salvador del mundo nació en un establo. No nos debe preocupar dormir esta noche aquí o allá, al raso…Sí es más triste el ambiente de caravana gigante, de turismo barato, de vacaciones esotéricas, en el que parece se ha convertido el camino desde que pasamos Triacastela. También me repito no juzgues y no serás juzgado. En el camino hay sitio para todos, cada uno encuentra en la medida de sus capacidades, y muchas veces tú nos desbordas. Si me desbordas a mí, ¿por qué no vas a hacerlo con mi hermano?

Si tenéis algún consuelo en Cristo, alguna muestra de amor; si estáis unidos en el mismo Espíritu; si tenéis entrañas de misericordia, llenadme de gozo teniendo todos un mismo pensar, un mismo amor, una sola alma y unos mismos sentimientos. No hagáis cosa alguna por espíritu de rivalidad o de vanagloria; sed humildes y tened a los demás por superiores a vosotros, preocupándoos no sólo de vuestras cosas, sino también de las cosas de los demás. Procurad tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús…Dame tus mismos sentimientos Señor, dame tu mirada para mirar a los demás con el mismo amor con el que me miras.

Empezamos nuestra marcha nocturna, se repite la luna llena, se repiten los bosques encantados, entre las brumas, seguimos subiendo y bajando colinas, pasando por aldeas diseminadas, atravesando las calles de Santiago que en otras regiones han sido reales o mayores. Aldeas sin nombre, oscura, con olor a estiércol y panocha, con perros que aullan y hacen sonar las cadenas de los esclavos.

Unas señoras gallegas que venían desde Saint Jean Pied de Port comentan que dejan el camino, que no resisten el ambiente que se está creando, que…

Aceptar la realidad. No empujar el río de la vida. Dejar que todo fluya. En tus manos, Señor. No darle valor a lo que no lo tiene. No hay mayor riqueza que ser peregrino por amor de tu nombre, sin que nada me sea debido, sin esperar nada, sin poner otro deseo que en ti:

Todo lo tengo por pérdida ante el sublime conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien he sacrificado todas las cosas, y las tengo por basura con tal de ganar a Cristo y encontrarme en él; no en posesión de mi justicia, la que viene de la ley, sino de la que se obtiene por la fe en Cristo, la justicia de Dios, que se funda en la fe a fin de conocerle a él y la virtud de su resurrección y la participación en sus padecimientos, configurándome con su muerte para alcanzar la resurrección de los muertos. No quiero decir con esto que haya alcanzado ya la perfección, sino que corro tras ella con la pretensión de darle alcance, por cuanto yo mismo fui alcanzado por Cristo Jesús.

Nos encontramos ayer, por Sarria, al catalán con el que bajamos de Roncesvalles hasta Zubiri, y luego de allí a Pamplona. Esta mañana vemos al señor inglés, mudo y callado, al que no veíamos desde Reliegos. Nos ha dado la mano y ha sonreído. Olemos la tumba del santo y esto nos tiene como en una euforia tenue, pero euforia al fin y al cabo.

En la siesta comienza a llover, Galicia nos está recibiendo. ¿Qué hubiera sido el camino con lluvia? ¿Qué con…? No quiero jugar a variar. Todo lo que he recibido es don tuyo.

Parece que n pasa nada estos días. Pasa que el camino se condensa, se centra, que ya uno no piensa, ni reflexiona mucho, ni mira, sino que se hace camino y escucha tu Palabra. Me da la impresión de que todo se simplifica.

Lloviznea, escampa, y vuelve a lloviznear. Como la lluvia mansa, tu palabra empapa mi tierra.

Tarde de silencio y contemplación, repitiendo tu nombre.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí.

Para no privarme de nada, las tripas se revuelven y comienzo con descomposición.

Entro en el sueño. En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque tú solo Señor, me haces vivir tranquilo.

2 comentarios en «Sublime conocimiento. Aceptar la realidad. Me haces vivir tranquilo»

  1. Hola que tal que bonito lo que está pasando este peregrino cuanta sabiduria y alegrias le dá el Señor.También seguro que todos nos sentimos identificados con sus sentimientos buenos y malos.
    Lo vuelvo a repetir lo veo como una equivalencia con el camino de la vida y por ende por el camino que nos conduce a Dios.A veces hay tropiezos y piedras en el Camino pero con el Señor a tu lado todo es diferente.
    Gracias por tu aportación.
    Un saludo.

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