¡Gracias!

 «Hoy puedo. Me he levantado y sé que puedo.

 Puedo decir que sí y no puedo decir que no.

 Por que estoy contigo.

 No, no valen ya los «podría».

 Sí, es mi opción de decirle que «sí» a la Vida.

 Con sus luces… pero también con sus sombras.

 Puedo.

 Y mientras pueda, todo es posible, por que todo es posibilidad.

 Puedo.

 Y puedo por que tu antes pudiste: ¡GRACIAS!»

                                                                                                                   Vicente Sm.

«Los hombres no son islas»

«Todo hombre es un pedazo de mí mismo, porque yo soy parte y miembro de la humanidad. Todo cristiano es parte de mi cuerpo, porque somos miembros de Cristo. Lo que hago, para ellos y con ellos y por ellos lo hago también. Lo que hacen, en mí y por mí y para mí lo hacen. Con todo, cada uno de nosotros permanece responsable de su participación en la vida de todo el cuerpo.

La caridad no puede ser lo que se pretende que sea, si yo no comprendo que mi vida representa mi participación en la vida de un organismo totalmente sobrenatural al que pertenezco. Unicamente cuando esta verdad ocupa el primer sitio, encajan las otras doctrinas en su contexto adecuado.

La soledad, la humildad, la negación a uno mismo, la acción y la contemplación, los sacramentos, la vida monástica, la familia, la guerra y la paz: Nada de esto tiene sentido sino en relación con la realidad central que es el amor de Dios viviendo y actuando en aquellos a quienes Él ha incorporado en Su Cristo. Nada, absolutamente nada tiene sentido, si no admitimos, con John Donne, que “los hombres no son islas, independientes entre sí; todo hombre es un pedazo del continente, una parte del todo“.

Thomas Merton (extracto de “Los hombres no son islas”)


Amor de verdad… ó verdad de Amor.

«Por que el Amor cuando no muere mata y los amores que matan nunca mueren».

                   Jo, lo de Sabina es de genio. Pero fijate por dónde, que a mi este tipo de Amor, me recuerda al de Aquel que es «sentido» y «da sentido» a mi existencia. Sí, Aquel que murió por Amor y cuyo Amor aun no ha muerto: «por que el Amor cuando no muere mata y los amores que matan nunca mueren».

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=lpit8YCjrik[/youtube]‎ 

¡CREO EN UN CAMINO MEJOR!

Sí, a mi también en el día de hoy me sale gritar y como bien hace Ben Harper en esta canción: «¡CREO EN UN CAMINO MEJOR!/I BELIEVE IN A BETTER WAY¡ ¿Dónde están hoy los leprosos de los que nos habla Jesús en el Evangelio?  ¡Venga que los tenemos al lado! Construyamos el Reino, que es el camino mejor.

«Take your face out of your hands, and clear your eyes, you have a right to your dreams, and don’t be denied»; «Saca tu cara de entre tus manos y limpia tus ojos. Tienes derecho a tus propios sueños y que no te sean negados» (Ben Harper, 2006)

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=XOZj1Xyx354[/youtube]

 

Dios mío, perdóname

Querido Señor, tu discípulo Pedro quiso saber quién te traicionaría. Señalaste a Judas, pero un poco más tarde le señalaste a él. Judas te traicionó, Pedro te negó. Judas se ahorcó, Pedro se convirtió en el apóstol al cual hiciste primero de todos. Señor, dame fe, fe en tu misericordia infinita, en tu perdón sin límites, en tu bondad insondable. No permitas que me tiente el pensamiento de que mis pecados son demasiado grandes para ser perdonados, demasiado abominables como para que los toque tu misericordia. No permitas que huya de ti. Concédeme volver a ti una y otra vez y pedirte que seas mi Señor, mi pastor, mi fortaleza y mi refugio. Acógeme bajo tu protección, Señor, y permíteme experimentar que no me rechazarás mientras te siga pidiendo tu perdón. Quizá mis dudas a cerca de tu perdón son un pecado mayor que los pecados que considero demasiado grandes para ser perdonados. Quizá me considero demasiado importante, demasiado grande, cuando pienso que ya no puedo ser abrazado por ti. Señor, mírame, acepta mi oración como aceptaste la oración de Pedro, y no permitas que huya de ti en la noche, como hizo Judas.

Del libro “Oraciones desde la abadía. Una súplica de misericordia” de Henri J. M. Nouwen

Al final de “Lost” queda el amor y la vida

Desde el principio se apuntaba y finalmente se ha confirmado, la serie de televisión Perdidos, que en el último mes se ha hecho mundialmente famosa, iba más allá de contar una historia trivial de aventuras y misterio. Personalmente me parece un gran éxito que 12 millones de personas hayan recibido ansiosos un mensaje como este: La muerte no tiene la última palabra, la tiene el amor. (El dato de espectadores está tomado al vuelo de internet, la cifra exacta no se puede saber si tenemos en cuenta descargas y futuros espectadores)

“Lost” con este final confirma lo que ya venía ofreciendo: la preocupación por las relaciones humanas lleva a la apertura a la cuestión creyente. Este tema sigue siendo recurrente en las narraciones audiovisuales contemporáneas que en alguna medida tienden a sustituir a la práctica religiosa. El problema estriba en que los guiones ofrecen simplificaciones al servicio de la historia y la implicación del espectador, por mucho que llegue a fans, no deja de ser bastante efímera. El relato si actúa como provocación debe ser bienvenido aunque si termina en la sustitución es claramente insuficiente.

Planteada especialmente como una añoranza de la comunidad en tiempos del individualismo, “Lost” aspira a recuperar la confianza en los otros y en la posibilidad de unas relaciones fundadas en el encuentro y la bondad.

Para los espectadores de “Lost” se a llegado al final de su serie aunque seguirán visitando los 121 capítulos de las seis temporadas. Sin embargo, sería de desear que la actitud de espectador pasara a protagonista, que la interrogación reemplazara a la pasividad de la recepción.

Leer el artículo completo en Periodista Digital de donde está sacada esta cita

Otras referencias en Nova Bella sobre la evangelización en los medios
La serie Perdidos (Lost)
Ver para creer
Nuevos Medios. El Evangelio según Hollywood
Battlestar Galactica. Serie completa
¿Lo “nuevo” es una amenaza o una oportunidad?

¿Qué sembraste en mi interior?

El árbol entero está contenido en la semilla. Basta con cuidarla de la forma adecuada para que llegue a desarrollarse y mostrarse en todo su esplendor, de lo contrario morirá sin dar fruto.

Lo mismo pasa con muchas otras cosas de la vida, por ejemplo con aquello que llevamos todos dentro desde que nacemos… aquello que sembró en nosotros el que nos dio la vida, aquel que sólo puede amar.

También esa semilla necesita un cuidado especial, no basta con dejarla ahí y esperar.
¿Qué fue de aquella se milla? ¿Qué será de aquella semilla?

Discernimiento Ignaciano 8. Consolación con o sin causa

1ª regla: aumentar imagen

Propio es de Dios y de sus ángeles en sus mociones dar verdadera alegría y gozo spiritual, quitando toda tristeza y turbación, que el enemigo induce; del qual es propio militar contra la tal alegría y consolación spiritual, trayendo razones aparentes, sotilezas assiduas falacias.

Sobre las fuentes del consuelo puedes leer:
LE2 Los éxitos y logros de la vida no dan seguridad interior

Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no habéis llorado.
(Lc 7, 31-35)


2ª regla: aumentar imagen

Sólo es de Dios nuestro Señor dar consolación a la ánima sin causa precedente; porque es propio del Criador, salir, hacer moción en ella, trayéndola toda en amorde la su divina majestad. Digo sin causa, sin ningún previo sentimiento o conoscimiento de algún obiecto, por el qual venga la tal consolación mediante sus actos de entendimiento y voluntad.

Puedes acercarte aquí a algunos ejemplos de la reacción podría estar desencadenada por una consolación sin causa:
Orar sin cesar, también en la ciudad
Ya no hay distancia, no hay tiempo… todo es posible para Dios

¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las escrituras?
(Lc 24, 13-31)


¿Te apetece dar gracias por esos momentos de Dios en tu vida?

El texto de las reglas de discernimiento está sacado del método de ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola

Discernimiento Ignaciano 5. Las causas de la desolación

9ª regla: aumentar imagen

Tres causas son porque nos hallamos desolados: la primera es por ser tibios, perezosos o negligentes en nuestros exercicios spirituales, y así por nuestras faltas se alexa la consolación spiritual de nosotros; la segunda, por probarnos para quánto somos, y en quánto nos alargamos en su servicio y alabanza, sin tanto estipendio de consolaciones y crescidas gracias; la tercera, por darnos vera noticia y cognoscimiento para que internamente sintamos que no es de nosotros traer o tener devoción crescida, amor intenso, lágrimas ni otra alguna consolación spiritual, mas que todo es don y gracia de Dios nuestro Señor, y porque en cosa ajena no pongamos nido, alzando nuestro entendimiento en alguna soberbia o gloria vana, attribuyendo a nosotros la devoción o las otras partes de la spiritual consolación.

Sobre las circunstancias que nos llevan a la desolación, puedes leer:
¿Quieres cambiar el mundo?

He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido […] ¿Por qué nosotros no hemos podido expulsarlo?
(Mc 9, 14-29)


¿Qué cosas te llevan al desánimo, a la decepción, a la tristeza, a la rabia?

El texto de las reglas de discernimiento está sacado del método de ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola

Discernimiento Ignaciano 4. Paciencia en la prueba

7ª regla: aumentar imagen

El que está en desolación, considere cómo el Señor le ha dexado en prueba en sus potencias naturales, para que resista a las varias agitaciones y tentaciones del enemigo; pues puede con el auxilio divino, el cual siempre le queda, aunque claramente no lo sienta; porque el Señor le ha abstraído su mucho hervor, crecido amor y gracia intensa, quedándole tamen gracia sufficiente para la salud eterna.

Sobre las pruebas que afrontamos en la vida, puedes leer:
…y Jesús fue tentado
La serie Perdidos (Lost)

“¡Ven!”, le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, en dirección a Jesús. Pero al sentir la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: ¡Señor sálvame!
(Mt 14, 22-33)


8ª regla: aumentar imagen

El que está en desolación, trabaxe de estar en paciencia, que es contraria a las vexaciones que le vienen, y piense que será presto consolado, poniendo las diligencias contra la tal desolación, como está dicho en la sexta regla.

Para ampliar algo más sobre la paciencia en el amor ante los momentos de desolación, puedes leer:
Contemplar el amor en medio del sufrimiento

Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad
(Mt 26, 36-46)


¿En los momentos de sufrimiento, te ha servido tener paciencia y recordar el amor incondicional de Dios?

El texto de las reglas de discernimiento está sacado del método de ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola