Apotegmas. El diálogo de los sentimientos

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Cuando nos veamos tentados por la acedia, entonces, con lágrimas, dividamos nuestra alma en dos partes: una parte que consuela y otra que es consolada. Así, sembramos en nosotros mismos, semillas de una esperanza inquebrantable cuando cantamos con el rey David: «¿Por qué te entristeces, alma mía, y por qué te me turbas? Espera en Dios porque le alabaré; salud de mi rostro, Dios mío».

Tratado práctico 27
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün

Si quieres, puedes convertirte en tu propio consuelo y sino, puedes seguir sufriendo, lo que tú prefieras. Generalmente, cuando estamos mal, nos decimos a nosotros mismos lo mal que estamos y lo reforzamos generando un círculo de malestar. ¿Por qué no romper el monólogo con un diálogo donde uno de los interlocutores sea positivo y nos recuerde que esa situación también la superaremos como hemos hecho con todas las demás de nuestra vida?.

Apotegmas. Examinar los pensamientos

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Sé el portero de tu corazón y no dejes que entre ningún pensamiento sin someterlo a escrutinio. Interroga a cada uno de los pensamientos por separado, preguntándole: «¿Eres uno de los nuestros o te cuentas entre los enemigos?». Y si pertenece a la casa te llenará de paz. Pero si es del enemigo, te confundirá con la ira o te excitará por medio de algún deseo.

Carta 11
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün

¿Eres libre? Entonces elige qué quieres que entre en tu vida y la afecte ¿qué pensamientos quieres, los que te dan paz o los que te perturban?

Demostremos que somos libres eligiendo lo que me hace bien y rechazando lo que me hace mal.

La elección repetida de algo malo puede convertirlo en adicción y hacer que perdamos la libertad de seguir eligiendo y nos volvamos esclavos. Somos lo que elegimos.

Apotegmas. La subdivisión del trabajo

“Hijo mío, trabaja cada día solo tanto suelo como el que ocupa tu cuerpo al descansar; de este modo tu trabajo progresará poco a poco y no te desanimarás”. Cuando el joven escuchó este consejo, lo siguió, y en poco tiempo el campo estuvo limpio y pudo cultivarlo. “Hermano, haz tú lo mismo, trabaja poco a poco y no te desalentarás”.

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“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün

Muchas veces se acumula el trabajo, un montón de pequeñas cosas que tenemos que hacer y que nos bloquean. ¿Por dónde empezar? ¿qué hacer? Y al final no hacemos nada…

Que mal está el mundo… es que la juventud… es que los políticos… es que la Iglesia… es que las familias… es que la crisis… hay demasiadas cosas que arreglar, no se puede hacer nada…

Lo mismo: tengo que tomar conciencia de la realidad y trabajarla en dosis asequibles que me permitan avanzar. Cada semana, o cada día escribir una pequeña lista de cosas que he de sacar adelante y que pueda cumplir contando además con el descanso necesario.

Apotegmas. La tentación que robustece

Uno de los padres dijo: «Si el árbol no es sacudido por el viento, no crece, ni hunde sus raíces. Así también el monje: si no es tentado y no soporta la tentación, no se hace valeroso.»

N 396
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün

Los evangelios coinciden en narrar que Jesús, después de ser bautizado por Juan en el Jordán, fue empujado por el Espíritu al desierto para ser tentado. De allí salió robustecido pues fue capaz de decir sí a Dios en la prueba del día a día, y no solo en la confesión verbal de una fe heredada o en el cumplimiento de unos preceptos. Sin duda, con semejante fe que no vacila ante la tentación, la justificación es directa y ya no necesita de las obras de la ley (Rm 3, 28)

Apotegmas. El pecado y la gran obra del ser humano

El patriarca Antonio le dijo al patriarca Poimén: “Esta es la gran obra del ser humano: presentar ante el rostro de Dios su pecado y esperar la tentación hasta el último aliento”

Apo 4 [Alf, Antonio 4]

Un hermano preguntó al hermano Agatón acerca de la fornicación. Este le dijo: “Ve, arroja tu incapacidad ante Dios y encontrarás descanso”

Apo 103 [Alf, Agatón 21]
“El camino a través del desierto. 40 dichos de los padres del desierto” Anselm Grün

Ayer el joven rico preguntaba qué había de hacer de bueno para obtener la vida eterna ansioso por decirle a Jesús todos los preceptos que cumplía, y eso me conecta muy bien con estos dos apotegmas que nos recuerdan que lo bueno lo hace Dios, y que lo mejor que podemos hacer nosotros es reconocer humildemente nuestra debilidad y prepararnos para resistir ante la siguiente tentación sin creernos capaces por nuestras solas fuerzas mediante el cumplimiento de la ley, de llegar a Dios. El mero cumplimiento orgulloso nos puede hacer olvidar nuestra debilidad y convertirnos en blanco fácil para la tentación de prescindir de Dios.

En la aurora…

Y es que no hay más bella teofanía

que ver Tu amanecer cada día.

¡Oh Hombre que pides grandes signos!

¡Oh Mujer que no ves ni tus pies!

Teofanía eres tú… Mujer, Hombre y Niño…

ese árbol y el río.

… Y me río… Padre… me río… contigo.»

                                                                                                                           Vicente Sm.

[aPt.12] ¿Eres fuerte o débil? – Conócete

Un hermano preguntaba a Abba Matoes:
“¿Qué he de hacer? Mi lengua me causa problemas y cuando me encuentro entre la gente no puedo contenerla. Yo condeno todas sus buenas obras y les llevo la contraria. ¿Qué pues, he de hacer?”

El anciano le contestó:
“Si no puedes controlarte, apártate de la gente y vive solo. Pues ésta es una debilidad. Los que viven juntos con otros no deben ser cuadrados, sino redondos, a fin de volverse hacia todos”.

El anciano le dijo también:
“Yo vivo solo no por mi virtud, sino más bien por mi debilidad. Ya lo ves, los que viven entre la gente son los fuertes”.

«Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno.»

(Marcos 9, 43-47)

[aPt.11] ¿Puedes frenar el viento? – Enfrenta

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Un hermano se llegó a Abba Poemen y le dijo:

“Abba, me asalta una multitud de pensamientos y estoy en peligro”.
El anciano le sacó fuera, al aire, y le dijo:

“Abre tu hábito y agarra el viento”.
Él le contestó:

“No, no puedo”.
Entonces repuso el anciano:

“Si no puedes, tampoco puedes evitar que esos pensamientos entren dentro. Pero has de hacer una cosa: enfrentarte con firmeza a ellos”.

«Entonces fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.»

(Mateo 4, 1)

[aPt.10] ¿Necesitas a Dios? – Baja

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El superior de una comunidad preguntó a Abba Poemmen:
“¿Cómo puedo alcanzar el temor de Dios?”
Abba Poemen le contestó:
“¿Cómo podemos alcanzar el temor de Dios teniendo el vientre lleno de queso y de platos de pescado?”

¿Está Dios en tu dieta? – leer «LE5 Al comer… ¿qué hacer?»
¿Con qué sustituyes a Dios? – leer «Dios es mi mejor ansiolítico, JUAN LUIS GUERRA»
¿Estás satisfecho? – leer «¡Adelante! ¡Vende todo!»

«Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores.’ Y la sabiduría se ha acreditado por sus obras»

(Mateo 11, 18-19)

[aPt.9] ¿Sabes reñir? – Libérate

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Había dos ancianos que llevaban viviendo muchos años juntos, sin reñir nunca. Uno de ellos dijo: “¿Y si tratamos de reñir una vez como lo hacen los demás?”. Y el otro le contestó: “No sé cómo se hace para reñir”. Entonces el primero le dijo: “Fíjate; yo pongo un ladrillo entre nosotros y digo: este es mío, y tú dices: no, es mío, y después comienza la riña” Así pues, colocaron un ladrillo entre ellos, y uno de ellos dijo: “Este es mío” Y el otro: “No, es mío”. Y replicó aquél: “¡Sí, todo es tuyo, así que llévatelo todo!” y se fueron sin ser capaces de pelear entre sí.

¿La «riña» del mundo te es ya indiferente? – leer «I only ask God – Outlandish»
¿Cuál es tu justicia? – leer «OXO Ojo por Ojo… El mundo se queda ciego
¿Quieres guerra? – leer «Nova bella elegit Dominus»

«¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres;»

(Lucas 12, 51)

[aPt.8] ¿Eres mejor que un perro? – Ama

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“Decía Abba Jantías:
Un perro es mejor que yo, porque él también ama, pero no hace juicios”

«No juzguéis y no seréis juzgados»

(Lc 6, 37)

[aPt.7] ¿Quién es el mejor? – Actúa

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“Un hermano dijo a un anciano:
– Hay dos hermanos. Uno de ellos permanece en silencio en su celda, ayunando durante seis días seguidos y sometiéndose a una severa disciplina: y el otro sirve a los enfermos. ¿Cuál de ellos es más acepto a Dios?
El anciano le contestó:
– Aun cuando el hermano que ayuna se colgara de la nariz, no igualaría al que atiende a los enfermos”

¿Dios nos medirá por obras o por amor? – leer «Amad a vuestros enemigos»
¿Nos reservamos o escondemos en la oración? – leer «Lo que no se da…»
¿Tú qué elijes? – leer «Amar a Dios amar al prójimo es el objeto de mi misión»

«María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada»

(Lc 10, 38-42)