El inicio de algo nuevo.

Ayer día 10 de Septiembre tuvo lugar el acto con el que las dos provincias de la Compañía de María en España pasábamos a ser una única (y nueva) Provincia. Fieles al carisma de nuestro Fundador y haciendo nuestras esas palabras del Evangelio que tanto rumió en su corazón: «a vino nuevo odres nuevos», los religiosos marianistas junto con el nuevo Equipo Provincial, y arropados por la Administración General y toda la Familia Marianista, comenzábamos de esta forma una nueva etapa para la Compañía de María, don de la Iglesia.
 
Queriendo ser hombres de fe, felices por la llamada que hemos recibido y abiertos a los designios de Dios, los religiosos marianistas nos ponemos a disposición de María… la que una vez más nos llevará hasta Jesús.
 
Aquí tenéis el enlace en el que se han colgado a penas 89 fotos del acto celebrado ayer. Espero las disfrutéis.
 
https://picasaweb.google.com/115342476361822477097/InicioDeLaNuevaProvinciaDeEspana10092011?authuser=0&authkey=Gv1sRgCPKZq92n8MKj_AE&feat=directlink
 
Un saludo,

¡Gracias Colegio!

Salvo los dos años que estuve en Zaragoza con motivo de mi noviciado, mis treinta y cuatro años de vida han transcurrido siempre en torno a la ciudad que me vio nacer: Valencia. Aquí, en esta bella ciudad y alrededor del Colegio Nuestra Señora del Pilar se ha ido construyendo la persona que ahora soy.

Para el curso que viene comenzaré mi andadura por Donostia (San Sebastián) y en los últimos días de clase tuve la oportunidad de decir unas palabras de despedida al claustro. Unas palabras que son un repaso a todo lo bueno que el Colegio del Pilar de Valencia ha aportado a mi vida, pero que al mismo tiempo quieren ser una reflexión de lo que pienso ha de ser también la misión de un colegio, así como de la labor educativa que los profesores, maestros y docentes tenemos que llevar a cabo en los mismos. Aquí la tenéis.

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     ¡GRACIAS COLEGIO!

     No he pasado mucho tiempo en esta sala*, pero sí el suficiente como para sentir que os tengo que dar las gracias. Gracias, muchas gracias por hacerme sentir  compañero entre compañeros, y por haberme animado a transmitir a nuestros niños y jóvenes, y con vuestro ejemplo, algo más que un conocimiento, y que todo sea dicho, no controlo «res de res»**.

     Ya antes que yo, hubo alguno de vosotros que pudo pasar por lo mismo, y sabe, que el poder volver a entrar a la que fue su aula, el llegar adentrarse en la clase en la que uno creció, erró y también aprendió… y ahora ya como docente, hacen de esa oportunidad que se nos brinda, una experiencia bonita de verdad.

      Lo que me llevo de aquí (primero como alumno, y más tarde como marianista y profesor), no lo voy a olvidar nunca.

      Creo que lo más grande que me ha regalado mi Colegio es la vocación. Una vocación es siempre motor de felicidad. En mi caso esta vocación me ha llevado a la vida religiosa y en lo más complicado (y apasionante a su vez) de ella, ésta ahora me lleva a otra ciudad. Y es que en el día de hoy no puedo de dejar de darle las gracias a Dios por todas esas buenas personas con los que me pude encontrar aquí en el Pilar, y por medio de las cuales pude descubrir aquello que más feliz me hacia el vivir.

      Rezo por vosotros, y por vuestros alumnos, los de ahora y los que os vendrán. Dios quiera que este Colegio, y como tantas y tantas veces ha hecho hasta la fecha, siga haciendo de sus alumnos, personas capeces de responder a las necesidades del Mundo con alegría, desde la felicidad que da el saber que ejercen su oficio en libertad. Ahí nosotros y en ese ayudar a descubrir, jugamos un más que importante papel. Que el Señor nos de audacia (en el buscar) y valentía (al encontrar) de cara a poder llevar a cabo aquello que la Educación necesita de nosotros en el aquí y en el ahora.  Desearos todo lo mejor en vuestra misión, y ojala no nos olvidemos nunca de que los profesores, maestros, educadores, docentes… somos medios para que nuestros alumnos alcancen la felicidad. En ello estamos. Gracias por todo: ¡Y hasta pronto!

sala*: me refiero a la sala que compartimos todos los profesores.

«res de res»**: «nada de nada» en valenciano.

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