¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de la misión evangelizadora de la Iglesia a través de las redes sociales?

¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de la misión evangelizadora de la Iglesia a través de las redes sociales, y en general de internet?

El punto fuerte: la experiencia milenaria de la Iglesia siendo sacramento de Cristo.

–Hno. Daniel Pajuelo: Los cristianos anunciamos a la persona de Jesús, invitamos al encuentro personal con Él porque en la relación con el Señor está nuestra plenitud, vivir en comunión con Dios y los hermanos. No tenemos otra manera de transmitir la fe que entrar en relación, por eso en cierta manera, todo cristiano está llamado a ser un comunicador, y aún diría más, a ser un amigo, incluso de aquellos que le odian. Estamos llamados a reproducir la imagen de Cristo, también en nuestras relaciones. De esta manera llegamos a ser mediadores de su gracia, y las personas pueden llegar a conocerlo. En la era de la Red, donde las relación se desarrollan en el mundo físico y digital, este nuestro punto fuerte, pues la Iglesia lleva más de 2000 años siendo sacramento, mediación del encuentro con el Señor.

En las Redes Sociales lo importante no son tanto los contenidos como las relaciones que se establecen, se valora sobretodo la amistad, el encuentro y el diálogo. No se trata tanto de ofrecer información (aunque los contenidos no dejan de ser importantes) como de compartirse y acoger al otro. Cristo así lo hizo. Asumiendo la condición de hombre, pasando por uno de tantos, compartió su vida, la vida misma de Dios, con nosotros. En Él recibimos el ser hijos y somos acogidos en el seno mismo de la Trinidad. La Iglesia prolonga en la historia la acción redentora de Cristo, porque ella misma es su Cuerpo, también en la era de la Red. Un católico no deja de serlo en las Redes Sociales, por eso su presencia puede ser fermento de comunión, sus relaciones cauce de la gracia, su testimonio un signo que haga creíble el anuncio.

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La tentación o debilidad: la falta de autenticidad.

El papa, en su último mensaje para la 47 Jornada de las Comunicaciones Sociales, nos recuerda que la Red facilitará la comunión sólo si nos esforzamos por ser auténticos. En las Redes Sociales es fácil esconderse en el anonimato, disimular la fe, o incluso construirse un (o varios) alter ego. Y he aquí, a mi modo de ver, la tentación más peligrosa para el cristiano, la de relegar la vivencia y la expresión de la fe al ámbito privado, o la de proyectar un alter ego desequilibrado que poco tiene que ver con la verdad de nosotros mismos. En el primer caso se sucumbe ante la ideología laicista, que considera insultante toda manifestación pública de la religión, y en la segunda nos hacemos esclavos de la mentira, terreno donde no puede germinar la gracia. Por eso un consejo básico para alguien que se inicia en Twitter, en Facebook, o en la blogosfera, es utilizar su nombre real, poner su foto en el perfil, junto a una sencilla y honesta presentación de sí mismo. Iniciar esta andadura exige honestidad y cultivar el espíritu de autocrítica, estando siempre atentos a la tentación de alimentar nuestro ego con proyecciones fantasiosas de nuestra autoimagen.

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Extracto de una entrevista que me ha hecho ZENIT: http://www.zenit.org/es/articles/imision-un-proyecto-plural-de-evangelizacion-en-red

La Felicidad de la Navidad está en comprender que Cristo eligió nacer en una gruta, la de nuestras pobrezas y heridas.

No lo olvidemos, Jesús no nació rodeado de comodidades, ni tan siquiera Dios les ahorró dificultades a José y María. Si Dios no eligió el éxito y la abundancia, ¿Por qué nos empeñamos en pedírselo? La Felicidad de la Navidad está en comprender que Cristo eligió nacer en una gruta, la de nuestras pobrezas y heridas. No busquemos a Dios en la cumbre de nuestras fantasías de autorealización, no lo encontraremos. Sereno y confiado contempla las llagas de tus frustraciones e incapacidades, son las mismas que Cristo aceptó en la cruz para salvarte. Feliz Navidad

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Para quiénes se esposan ante Dios y la comunidad nunca les faltará este amor de Cristo


Matrimonio. Recuerda, tú que estás considerando casarte, que el matrimonio no tiene nada que ver con una gran boda, ni con tener un sueldo fijo, ni tan siquiera con tener ya el piso. Vuestra unión manifestará al mundo el grande amor de Cristo a su Iglesia, un amor capaz de la mayor entrega, que todo lo espera, todo lo perdona, capaz de dar sentido a los momentos de dolor, un amor sin límites, el amor de los amores. Para quiénes se esposan ante Dios y la comunidad nunca les faltará este amor de Cristo. Ellos se van transformando en lámparas encendidas que alumbran nueva vida y esperanza al mundo. Esta es la historia de muchos que han amado en plenitud, también puede ser la tuya.


vía smdani

Si el pecado te lleva a la desesperación recuerda: Cristo desciende a los infiernos. En tu oscuridad te tiende su mano

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracias del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos. subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Para transmitir a Cristo, tienes que hablar con Él primero. Vive la Eucaristía

Sólo hay una manera de llevar a las personas al encuentro con Cristo, esto es, viviendo nosotros mismos este encuentro con Él, amando sus preceptos, buscando en todo hacer su Voluntad. El testimonio de una vida reconciliada en Cristo es la más efectivas de las pastorales. Hoy domingo, la eucaristía nos ofrece la posibilidad de vivir este encuentro, cercano, directo, real, en comunidad. Vence las resistencias, vayamos a misa.

Foto de iMisión

No pongas la otra mejilla como le gustaría al mundo que la pusieras, sino como lo hizo Jesús

Sabéis que se dijo también: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No recurráis a la violencia contra el que os haga daño. Al contrario, si alguno te abofetea en una mejilla, preséntale también la otra. (Mateo 5, 38-39)

Nunca me han gustado las interpretaciones fáciles que se hacen de este precepto de Jesús: ‘poner la otra mejilla’. La más recurrida, sobre todo por no creyentes, es la de que ante la ofensa los cristianos tenemos obligación de callar y soportar, nada que ver con la sed de justicia de los Bienaventurados.

Cristo no puede llamarnos a la simple pasividad ante el mal, tampoco hacia el mal que va dirigido contra nosotros mismos. Esta es una enseñanza de Jesús sobre el combate contra el mal. Nuestra tendencia es responder al mal con más mal, creemos que hacemos justicia cuando aplicamos la ley del Talión, el ‘ojo por ojo’, y Jesús con estas palabras está corrigiéndonos. Nuestra instintiva forma de justicia sólo engendra más violencia.

Entonces, ¿Cómo interpretar el sentido de este precepto? Creo que lo mejor es contemplar al propio Jesús en la pasión cuando le abofetean:


Él reacciona ante tal injusticia diciendo: «Si he hablado mal, dime en qué. Y si no, ¿Por qué me golpeas?». Jesús no traga con todo y se cruza de brazos ante la injusticia, está dispuesto a desenmascarar el mal aunque hacerlo lo lleve a sufrir aún más. Cuando él nos dice que pongamos la otra mejilla, nos exhorta a que no ahorremos sufrimiento cuando se trata de desenmascarar la mentira y de defender la verdad. Una fe que asume riesgos es la fe cristiana, esta fe mueve al combate contra el mal, las injusticias sociales, la pobreza deshumanizadora, la corrupción política, la deshonestidad, la difamación…

A muchos les sigue interesando que los cristianos creamos que estamos llamados a ser corderitos mansos que dan gracias por ser llevados al matadero. Y sí, Jesús fue cordero llevado al matadero, pero su forma de afrontar el sufrimiento no fue pasiva sino redentora. Con la resurrección Cristo nos mostró como la última palabra es de Dios, Él combate a nuestro lado, nuestros sufrimientos no son en balde.


Cuando escuches de los labios de aquellos que te procuran mal que como cristiano «debes poner la otra mejilla» recuerda a Cristo que no se ahorró ningún sufrimiento para salvarte, y que el mal ha de ser combatido sin miedo, sin callarse. Él estará a tu lado.

Dioses humanos: dinero, prestigio, sexo, fanatismo, ideologías, adicciones, violencia y la misma razón cuando se cree autosuficiente y prescinde de la fe

Yo soy ateo, ateo de esos dioses que oprimen al ser humano y lo empequeñecen reduciéndolo a la esclavitud. Los conoces bien: dinero, prestigio, sexo, fanatismo, ideologías, adicciones, violencia y la misma razón cuando se cree autosuficiente y prescinde de la fe.

Por eso llego aquí con este rap, es mi turno de despertar mentes y abrir corazones.

Sólo hay un único Dios, es el origen, meta, a su imagen nos creó. Libertad nos dio para llegar a amar. Pero nos perdimos y olvidamos el camino para volver a Él. Por eso en el final de los tiempos envió a su Hijo para liberarnos de la esclavitud, ofrecernos su perdón, compartir nuestros sufrimientos conduciéndonos hacia la vida plena.

¡Escúchame! Es el Señor y murió por ti, en la cruz nos dio a su madre y ahora te toca a ti: nacer de nuevo por el bautismo, del vientre de su madre llegar a ser como otro Cristo.

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Dios quiere a todos, pero tiene favoritos. ¡Qué alguien me explique esto, por favor!

Respondiendo a un amigo

Dani, tengo una duda teológica. Muchas veces he oído decir que Dios nos quiere a todos, pero quiere más a los pobres. Es decir, tiene favoritos. El caso es que me cuadra y a la vez me chirría. ¿Alguna idea para aclararme?

Que Dios tenga un amor preferencial por los pequeños, pobres, desvalidos y marginados, no es algo que hayamos deducido o que se ajuste bien a nuestro concepto de lo que es ético. Esta cualidad del amor de Dios es algo que nos ha sido revelado de manera paulatina en el primer Testamento y de forma plena en Jesucristo. Por eso no está en nuestras manos cambiar esta cualidad del amor de Dios, si no que la acogemos en el corazón, y la meditamos con la razón, descubriendo que es no sólo una llamada a amar de la misma manera, si no un consuelo infinito cuando reconocemos que a pesar de nuestra total indigencia y pobreza Dios nos ama.

Que Dios no trate a todos por igual parece chirriar frente a nuestra natural concepto de Justicia: “Igualdad para todos”. Pero tratar a todos por igual no es precisamente lo más justo siempre, ¿verdad?

Al pensamiento filosófico no le cuadra tampoco mucho que Dios pueda tener preferencia en su amor. Para el filósofo Dios es inmutable y autosuficiente, no necesita ser amado y si ama será de forma condescendiente. Sigue leyendo Dios quiere a todos, pero tiene favoritos. ¡Qué alguien me explique esto, por favor!

Alegría en el túnel del dolor

Como ya es habitual esta mañana me levantaba con dolor de cabeza, el mismo que me acompañó ayer noche al acostarme. Sentado durante la misa agudos pinchazos y calambres martilleaban mi espalda, con dificultad leía el texto de la homilía que yo mismo había escrito, pues mis ojos todavía no acaban de enfocar bien. Desde que me atropelló aquel coche el 17 de noviembre cada mañana me despierto a mis dolores, y el día transcurre como por un oscuro túnel por el que avanzo con paciencia y fe, acompañado del cariño de tantos que se preocupan y rezan por mí. Por este túnel avanzan también muchas personas queridas, por este túnel también caminó el Señor Jesús. El dolor continuo es como una taladradora que lentamente va rompiendo todos tus cimientos, e incluso puede llegar a hacerte desesperar, cuando así ocurre aprieto fuertemente el rosario, el mismo que llevaba entre mis dedos el día del incidente. Pienso en cuánto ha sufrido el Señor por nosotros, y en el dolor tan grande que gente muy cercana padece, les tengo muy presentes y pido por ellos. Hoy era una mañana como las últimas ciento once mañanas de mi vida, por eso nada me hacía presentir que al llegar la tarde, saliendo de la universidad, rompería a llorar como un niño, pero no de dolor si no de alegría. Hoy por primera vez al terminar las clases y disponerme a salir del aula he tomado conciencia de algo insólito, no me dolía la espalda, no me dolía la cabeza. Es la primera vez en más de tres meses que así me ocurre. Entonces se me han abierto los ojos y he visto el sol del atardecer bañando la clase, el crucifijo sobre la pizarra, el rostro feliz de mis compañeros. Al salir de la universidad y mirar el cielo azul se me han saltado las lágrimas, se ha renovado en mi corazón la certeza de que el Señor no me ha abandonado y trabaja en mí y en cuantos sufren apoyados en la fe.Aunque sé que pronto volveré al túnel del dolor he gustado la verdad de mi existencia, la de un cuerpo sano y un alma reconciliada en Cristo.


Volveré mañana al dolor de cabeza, a no poder pensar con claridad, a no encontrar una postura en la que no me duela la espalda, a renunciar a pequeños objetivos del día, a rezar con la repetición, a pedir ayuda para levantar un peso, a soñar que vuelvo a correr y subir una montaña… volveré al túnel del dolor con tantos otros seres queridos, agarrado a la cruz de Cristo sabiendo que la Victoria final es suya y de aquellos que viven unidos a él por la fe.

Por las horas de luz que hoy me has regalado Señor, por las lágrimas de alegría con que me has colmado, te doy gracias Señor.