Henchida de Dios. Amor que revienta: Teresa de Jesús

Solo quien vivió a la vez entre ángeles y entre pucheros puede escribir con ese estilo que habla sin afectación ni ampulosidad de las cosas más elevadas; y que de las cosas más insignificantes habla con gozo, porque quien ama a Dios sobre todas las cosas ama también todas las cosas, sabiendo que en ellas está Dios presente(…)porque en todo lo que hacía y decía, en todo lo que pensaba y escribía hay un amor que le revienta las costuras del corazón, que traspasa cada célula de su cuerpo, que incendia con un ardor nuevo las rutinas más triviales. Santa Teresa está henchida y restallante de Dios, como las sábanas que se cuelgan del tendedero están henchidas y restallantes del aire de la mañana; y acercarse a ella es como anegarse en Dios mismo, en un Dios humanado y matinal, amoroso y trémulo como un cachorro.

Juan Manuel ed Prada, La hermosura misma, ABC 15.X.12