Todo poeta y músico y artista, a menos que actúe la gracia, se aparta del amor de la cosa de que habla y se aproxima al amor del hablar mismo

Todo poeta y músico y artista, a menos que actúe la gracia, se aparta del amor de la cosa de que habla y se aproxima al amor del hablar mismo, hasta que, en lo profundo del infierno, ya no puede interesarse en Dios sino en lo que dice sobre Él. Porque, como usted sabe, no se detienen en el interés en la pintura. Caen más bajo, se interesan en la propia personalidad y después en nada más que en su propia fama.
C.S. LEWIS, El gran divorcio.

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Una enfermedad llamada Jesús

Cristo me llama

Cada día Cristo me llama. Cada día me impide detenerme: su palabra y su ejemplo me arrancan de la tendencia instintiva que me retendría pegado a mí mismo, a mis costumbres, a mi egoísmo. Yo le pido que tenga conmigo la misericordia de no dejarme metido en mí mismo, sentado en mi tranquilidad egoísta. Y experimento la verdad de lo que dice Ibn Arabí: ‘Aquel cuya enfermedad se llama Jesús ya no puede curar(se)’

(Yves Congar – dominico, teólogo y cardenal).
visto en el blog de José María Salaverri, sm

Del álbum Roma 2010-2011

El activismo refuerza el egoísmo

Hay quien no consigue descansar en vacaciones. Se siente inquieto y está deseando volver a la rutina del trabajo.

El activismo refuerza el egoísmo en vez de desarraigarlo, porque muy a menudo va inspirado por la búsqueda de sí. Dejarse acaparar por su trabajo, porque agrada o porque se acierta en él, es exponerse a descuidar deberes más importantes y en particular la oración. Incluso se puede perder su libertad al dejarse poseer por su trabajo

Paul Joseph Hoffer, sm VIII Superior General de la Compañía de María

De cara al fin de las vacaciones, puede ser bueno proponerse trabajar pero sin desconectar del mundo.