El látigo del domador, reflexionando sobre el tsunami de Japón. José María Salaverri

EL LÁTIGO DEL DOMADOR (reflexionando sobre el tsunami de Japón), José María Salaverri, sm

Todos sabemos que Mingote, el dibujante, es un genio. ¡Qué mirada más aguda y certera tiene sobre la realidad de cada día! Coincidiendo con el terremoto de Japón, su página en «El Semanal» es todo un poema sin palabras. Un poema visual. Una enorme máquina, del tipo ‘excavadora’, abre sus terroríficas fauces amenazantes y un hombre pequeño vestido de domador blande un látigo…

¿Estará el hombre empezando a ser dominado por los monstruos que fabrica? ¿Dominamos de verdad la naturaleza con nuestra tecnología? ¿Podemos cambiarla a capricho sin que se rebele? ¿También la naturaleza humana podemos manipularla a nuestro antojo?
¿No estará el hombre jugando a ser dios? (con minúscula ¡claro!)

UNA CURA DE HUMILDAD
Eso ha sido el terremoto de Japón: es para todos. Con los tsunamis anteriores nos consolábamos pensando que habían sido tan graves por tener lugar en lugares tercermundistas y el desastre parecía ‘lógico’. Un consuelo bastante ingenuo. El tsunami de Japón, poniendo contra las cuerdas a la tercera potencia industrial y económica del mundo, nos vuelve a la cruda realidad. ¿No nos habremos olvidado de algunas cosas elementales? Sigue leyendo El látigo del domador, reflexionando sobre el tsunami de Japón. José María Salaverri

Ética liberal

Una cierta parte de la vida humana debía quedar independiente de la esfera del control social (…) Tenemos que preservar un ámbito mínimo de libertad personal, si no hemos de «degradar o negar nuestra naturaleza» (…)  ¿Cuál debe ser, pues, este mínimo? El que un hombre no puede ceder sin ofender a la esencia de su naturaleza humana (…)

El deseo de que no se metan con uno y le dejen en paz ha sido el distintivo de una elevada civilización, tanto por parte de los individuos como por parte de las comunidades. El sentido de la intimidad misma, del ámbito de las relaciones personales como algo sagrado por derecho propio, se deriva de una concepción de la libertad que, a pesar de sus orígenes religiosos, en su estado desarrollado apenas es más antigua que el Renacimiento o la Reforma. Sin embargo, su decadencia marcaría la muerte de una civilización [la Occidental] y de toda una concepción moral.

Isaiah Berlín

Dos conceptos de libertad

En la aurora…

Y es que no hay más bella teofanía

que ver Tu amanecer cada día.

¡Oh Hombre que pides grandes signos!

¡Oh Mujer que no ves ni tus pies!

Teofanía eres tú… Mujer, Hombre y Niño…

ese árbol y el río.

… Y me río… Padre… me río… contigo.»

                                                                                                                           Vicente Sm.