A todo católico nos afecta de manera personal cuando se critica a un obispo, voz autorizada de la Iglesia, de su Magisterio. Nuestra reacción es un buen indicador de nuestro amor a la Iglesia y la libertad evangélica en la que vivimos.

Cuando una polémica viene promovida por causa de las palabras de un obispo, una primera tentación es no ir a la fuente, quedarse en el titular y formarse la opinión con comentarios de 2ª y 3ª mano. Pero aún más nefasta es la tentación de desmarcarse de las críticas diciendo que la Iglesia está anticuada e ir de católico cool. De esta manera quiénes odian la fe ya han conseguido su objetivo, dividir a los creyentes, romper la comunión. Si caemos en estas dos tentaciones no sólo nuestro corazón se divide si no que nuestra fe se esclerotiza y empobrece. Toda defección de la fe pasa antes por esta etapa.
Os recomiendo esta entrevista de ReL hecha a Monseñor Reig Plà, la primera después de la polémica desatada por su homilía de Viernes Santo.
Es un excelente documento de formación y catequesis. También desmonta las mentiras que de él y de la Iglesia se están gritando en el linchamiento mediático de estos días. Si queremos ser cristianos libres, si queremos que la luz de Cristo oriente nuestras vidas, debemos amar a la Iglesia, defenderla y hacerla crecer. Es necesario formarse, ser sencillos como palomas y astutos como serpientes.
Respecto a las personas con atracción sexual hacia el mismo sexo (AMS) la Iglesia enseña que “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2358).
Pd.: Ahorrarse los comentarios a este post si lo único que se ha oído de la homilía de Reig Plà es lo que dice la tele o los periódicos. Gracias