En la Iglesia se están radicalizando las posturas más y más, de un lado y de otro: orgullo, odio, y fundamentalismo

En la Iglesia se están radicalizando las posturas más y más, de un lado (http://on.fb.me/NBhlqU) y de otro (http://bit.ly/NBhs5T).
Ambos polos tienen en común tres cosas: el orgullo, el odio, y el fundamentalismo.


Sus argumentos no comprenden de matices, no buscan la comunión sino la condena, apelan a la ruptura destruyendo toda continuidad, así niegan implícitamente la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. Se erigen como salvadores con respuestas facilonas que venden en tiempos de crisis. Ambos beberían la sangre de sus enemigo. En sus discursos no hay ninguna Paz que provenga de Cristo, sólo el diablo disfrazado de justicia. El creciente protagonismo de estos radicalismos es signo de un mundo sumido en una terrible crisis de valores, de horizontes, de fe.

Pero en este ambiente se fragua la santidad más audaz de la Iglesia, mujeres y hombres que resisten a la tentación del odio y asumen con alegría y valor su condición de Hijos de Dios. Sus vidas son una prolongación de la de Cristo, convirtiéndose en embajadores de su Paz, en testigos de la Esperanza, en semilla de reconciliación. Muchos de ellos pagan con su sangre, o viven acosados por el odio, a veces de sus propios hermanos cristianos.

Necesitamos la oración incesante, la formación permanente, y la vivencia de la fe en comunidad para no sucumbir ni a la desesperación ni a los fundamentalismos.

«He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20)

Motivos para odiar la Iglesia: IBI, obispos homófobos, matrimonio gay, cuervos vaticanos, fanáticos provida, curas pederastas…

Miriam, una amiga de Madrid, me preguntaba hace unos meses por qué se respira tanto odio hacia la Iglesia en España. Estos días he recibido algunos insultos a través de Twitter siempre por mi condición de católico y después de ver que Santi Rodríguez cerró su cuenta por amenazas de muerte también por el mismo motivo, volvió a resonar en mí esa pregunta.
Escribo esto sin querer ofender a nadie por su ideología política. Sólo espero, con todo mi respeto, llevar la problemática a un nivel más profundo. Os agradezco mucho vuestros comentarios siempre que sean respetuosos.

Detrás de las polémicas en las que con tanta facilidad nos encierran algunos medios y sus ideólogos: IBI, obispos homófobos, matrimonio gay, luchas de poder vaticanas, providas fanáticos… hay una agenda, un programa de largo recorrido, pero no por ello menos agresiva, para borrar de toda esfera pública a la Iglesia Católica y con ello su influencia en las conciencias en temas de fe y moral.

Se manejan dos concepciones de Estado totalmente enfrentadas, una es el Estado laico y otro el Estado laicista. Pocos captan la diferencia, que para nada es sutil. En ambas concepciones hay separación entre Iglesia y Estado.
En la primera, la del Estado laico/aconfesional (que es la de la Constitución española) se reconoce el derecho a la libertad religiosa y a su manifestación pública, es más los poderes públicos están obligados a tener en cuenta las creencias religiosas de la gente y a cooperar con sus instituciones. En esta concepción laica del Estado se reconoce implícitamente que la religión es un bien para la humanidad.

Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. (Constitución española Art.16.3 ‘Libertad ideológica y religiosa’)

La segunda es la concepción laicista, en ella toda manifestación pública de cualquier credo está prohibido, no sólo de palabra, también sus símbolos y gestos. Se relega la vivencia de la religión al ámbito privado. Esta concepción considera implícitamente la religión como un mal. En el pasado estos ideólogos creyeron que se podía erradicar, hoy aceptan que no, que es un mal endémico que brota una y otra vez en las sociedades causa de la ignorancia de la gente. Por ello se empeña en relegarla a la esfera privada evitando así todo contagio al resto.

El marxismo considera siempre que todas las religiones e iglesias modernas, todas y cada una de las organizaciones religiosas, son órganos de la reacción burguesa llamados a defender la explotación y a embrutecer a la clase obrera. Sin embargo, Engels condenó al mismo tiempo más de una vez los intentos de quienes, con el deseo de ser «más izquierdistas» o «más revolucionarios» que la socialdemocracia, pretendían introducir en el programa del partido obrero el reconocimiento categórico del ateísmo como una declaración de guerra a la religión. […] Engels calificaba de estupidez su vocinglera declaración de guerra a la religión, afirmando que semejante actitud era el medio mejor de avivar el interés por la religión y de dificultar la verdadera extinción de la misma. Marxists.org

Lo verdaderamente preocupante de la segunda concepción es que el Estado tiende a ser totalitarista, poco a poco va legislando hasta realizar imposiciones sobre la conciencia de sus ciudadanos, regulando por la fuerza todos los ámbitos de sus vidas. Se esclaviza a sus ciudadanos. No es de extrañar que en los tiempos y lugares donde estos ingenieros de la sociedad se han hecho fuertes haya habido tanta sangre de cristianos derramada

En la primera concepción, aún los no creyentes, reconocen una función reguladora de la religión que vela por la libertad. Desde los diferentes credos se alzan voces para denunciar las imposiciones injustas y toda forma de control totalitario de los Estados.

Los totalitarismos pueden ser de izquierda, de derechas e incluso religiosos (hoy perviven sistemas totalitarios hinduistas e islámicos). Sean del color que sean siempre tienen tres cosas en común:

  • Se revisten de bondad. Engañan y someten a personas de buen corazón, a idealistas algo ingenuos. Los más jóvenes por ello son carnaza fácil. Prometen prosperidad, salir de la crisis. Parecen ponerse de parte de lo más débiles, aunque finalmente sustituyen a un poder corrupto por otro aún peor, el totalitario.
  • Lavan el cerebro. Siembran la mentira bajo apariencia de verdad. Cuentan con un potente apoyo mediático. Siguen el principio de repetir una mentira cientos de veces hasta hacer creer que es una verdad. Difaman con gran despliegue de medios y si rectifican lo hacen con letra pequeña.
  • Buscan criminalizar a quien no acepta sus ideas mediante ingenería social, generando el odio y el rechazo al que piensa distinto. Es una forma racismo de las ideas. Quien no se somete empieza por ser un desfasado, luego un retrógrado y finalmente un criminal digno de castigo.

Hecha esta distinción entre una concepción de Estado laica/aconfesional y otra laicista, es obvio que en la segunda la religión no tiene lo que se dice buena aceptación. España sigue siendo un país, no sólo de tradición católica, si no con millones de católicos y personas que no siendo practicantes o bautizados encuentran en la Iglesia una fuente honesta de caridad y verdad. Esto es algo que despierta la ira de los laicistas a los que en los últimos años se han sumado miles y miles de jóvenes atraídos por el olor a progreso y libertad, perfume con que maquillan un programa de segregación y exterminio de toda religión, y en otras épocas de todo creyente.

Un par de artículos para profundizar más en la cuestión:

smdani en Twitter

Naruto Shippuuden VS Pain. Combatir el dolor

Una vez más el anime, los dibujos animados japoneses me sorprenden por su profundidad y su valor educativo tan ausente en la programación que ven nuestros jóvenes en la televisión. En algún momento empezaron a emitir esta serie en España, pero francamente no sé si sigue. Los programas del corazón, los “reality” shows y las series clónicas y sin otro fundamento que los líos amorosos debían ser más importantes que educar en valores, porque como las series japonesas son violentas, mejor que los niños vean “Sálvame” o “lo noria” o cualquier otra cosa de esas donde la gente va a gritarse y humillarse públicamente.

“hay demasiadas guerras en este mundo, solo existe el odio, quiero hacer algo respecto a eso y conocer cuál es la verdadera paz”
(Jiraiya a Pain cuando era su alumno)

Decía, antes de encarnizarme con la parrilla televisiva, que me he vuelto a llevar una grata sorpresa. En realidad ya lo había visto en varios momentos de la serie, pero más o menos entorno a los capítulos 160 y 180 del bloque Shippuuden de Naruto, pude ver la mejor síntesis que hace la serie sobre la violencia, la ira, el odio, y el perdón para conseguir la paz, con el respeto y el amor al prójimo como fundamento. Toda la serie tiene este tema de trasfondo desde que empezó hace más de 460 capítulos y aun no ha terminado.

El que aparece como enemigo “Pain” en inglés “sufrimiento” o “dolor” acaba mostrando toda su historia, consiguiendo que el espectador vea más allá de la violencia inicial, o de la imagen que se tenía de él. Naruto, por su parte, descubrirá que solo si sufriese lo mismo que Pain, llegaría a entenderle. Por eso en los primeros capítulos del desenlace librarán una batalla encarnizada, donde Pain irá matando a maestros y amigos de Naruto, de forma que el espectador se identifique también con el odio al personaje de Pain al principio, y pueda luego hacer el mismo camino de Naruto para integrar el dolor, comprender y quizá perdonar.

La forma en que Naruto vence a la ira y al odio es a través de las vivencias positivas con son sus amigos, su familia, el amor en definitiva de aquellos que confiaron en él y le apoyaron. Ese es el sello que le hace romper la espiral de odio y violencia desatada en la pelea inicial, y que le permite acercarse a su enemigo como un igual en el que descubrirse a sí mismo y al que perdonar.

“solo quiero protegerlos, no importa el dolor que tenga que sufrir para eso”
(Nagato antes de convertirse en Pain)

Me recuerda a un tal Jesús que vino para salvarnos, que le decía a su padre que no quería que se perdiera ni uno solo y que cargó con nuestro sufrimiento hasta la cruz

No creo que la serie busque contagiar el cristianismo. Así como en otros animes sí se pueden ver alusiones claras, en este caso el trasfondo de la serie imagino que es el Hinduísmo y el Budismo. Sin embargo, desde la convicción de que a Dios se puede llegar desde caminos muy distintos, creo que esta serie transmite un mensaje con muchos tintes cristianos a pesar de que los guiños que creo ver, más pueden ser de crítica a fundamentalismos o sectas derivadas del cristianismo que a una clara aprobación del mismo. Y es que el enemigo, “Pain” resulta que se considera a sí mismo dios, tiene control parcial sobre la vida y la muerte, está medio crucificado en una peculiar estructura por las heridas causadas tras la traición de que fueron objeto años atrás él y sus compañeros, y además lo atraviesan un montón de barras de acero como clavos. De paso vive un particular descenso a los infiernos para traer de allí a todos los que habían muerto castigados según su justicia. Así, da su vida perdonando para revivir a estas personas.

Desde luego, no sé qué quería transmitir el autor con todas estas imágenes, pero el caso es que el mensaje final que me queda (igual por mi predisposición) es que el odio solo se vence acogiendo al otro y amando al enemigo, o al menos tratándolo como hermano. Naruto no llega a decir manifiestamente que le perdona, pero sí se refiere a él como hermano por ser discípulos del mismo maestro y hace así la diferencia con el resto de su gente que buscaba simplemente matarlo.

“Si estás aquí significa que has ganado al 6º Pain”
(Un compañero de Naruto)

“Ganar o perder, ¿eso qué importa? [explica que lo que pasó durante la pelea no se puede contar con palabras] Ahora lo que importa es que voy a donde está el verdadero Pain” [traduciendo el nombre quedaría: «voy a donde está el verdadero dolor»]
(Naruto)

En el interior de las personas es donde está la verdadera guerra. Tras la batalla épica de varios capítulos, la lucha verdadera se libra en el interior del interior, habiendo superado las capas previas que ocultan el corazón herido. En la serie Naruto ha de derrotar a 6 “apariencias” de Pain antes de verse cara a cara con el auténtico, escondido dentro de una especie de árbol, débil y casi inmovilizado. Nada le impide ya acabar con él definitivamente, sin embargo, no le pone la mano encima.

El niño que madura viendo Naruto, al menos se planteará que detrás de las guerras hay personas, que todos merecen ser escuchados y amados, que los de «tu bando» también cometen injusticias por las que los del «otro bando» pueden querer venganza. Tal vez si los niños vieran esto en lugar de “Sálvame” aprenderían a escuchar, a ponerse en el lugar del otro y a perdonar, en lugar de a gritar y odiar pensando solo sí uno mismos.

Claro que si crecen inundados por el anime y el manga pueden acabar algo trastornados disfrazándose de los personajes y haciendo cosas raras importándole poco el trasfondo de las series, y eso tampoco es bueno, claro. Porque en anime hay de todo y los excesos siempre son malos.

Puedes ver aquí los 4 capítulos donde mejor se recoge todo esto, aunque para entenderlo bien habría que ver bastantes más
Naruto Shippuden 169
Naruto Shippuden 173
Naruto Shippuden 174
Naruto Shippuden 175

Discernimiento Ignaciano 2. Consolación y desolación


3ª regla: aumentar imagen

Llamo consolación quando en el ánima se causa alguna moción interior, con la qual viene la ánima a inflamarse en amor de su Criador y Señor, y consequenter quando ninguna cosa criada sobre la haz de la tierra puede amar en sí, sino en el Criador de todas ellas. Assimismo quando lanza lágrimas motivas a amor de su Señor, agora sea por el dolor de sus pecados, o de la passión de Chirsto nuestro Señor, o de otras cosas derechamente ordenadas en su servicio y alabanza; finalmente, llamo consolación a todo aumento de esperanza, fee y caridad y toda leticia interna que llama y atrae a las cosas celestiales y a la propia salud de su ánima, queriéndola y pacificándola en su Criador y Señor.

Puedes consultar estos otros artículos que: o bien pueden suscitar cierto estado de consolación, o bien hablan de ella de alguna forma:
Nuestro Dios :: rap cristiano
Un baile con Dios
Carta a China- Taizé

Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros ¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?
(Mc 4, 35-41)



4ª regla: aumentar imagen

Llamo desolación todo el contrario de la tercera regla; así como escuridad del ánima, turbación en ella, moción a las cosas baxas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Señor. Porque así como la consolación es contraria a la desolación, de la misma manera los pensamientos que salen de la consolación son contrarios a los pensamientos que salen de la desolación

Aunque no es fácil encontrar artículos en Nova Bella que hablen de desolación, puesto que se tratan de formular todos los temas en positivo, para profundizar en el tema, podemos relacionar este estado de alguna forma con los temas siguientes:
Aniversario de la muerte del Hermano Roger de Taizé
Michel Quiroga, joven marianista asesinado en Chocó
La verguenza de Valencia
Fundamentalismo bíblico

Viéndola llorar Jesús y observando que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó.
(Jn 11, 1-43)


¿Reucuerdas alguna experiencia de consolación o desolación que quieras compartir?

El texto de las reglas de discernimiento está sacado del método de ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola