Hoy se ha abierto, en Roma, el Capítulo General de la Compañía de María. El Superior General, P. Manuel José Cortés, ha dicho en su informe que la nueva evangelización cuenta con varias señales para su camino. Una de ellas es el diálogo:
El camino del diálogo frente al del fundamentalismo. La complejidad y la incertidumbre de nuestro mundo aparece como un problema insoportable para quien busca “seguridades”. Surge así la tentación del fundamentalismo, que no es sino la de negar la complejidad, reduciéndola a la simplicidad dogmática o normativa.
Frente al fundamentalismo, la Iglesia ha propuesto y sigue proponiendo el diálogo. Fue el camino inaugurado por Pablo VI con su primera encíclica, Ecclesiam suam, ratificado por el Concilio Vaticano II, haciendo de él su modo de relacionarse con el mundo, con otras confesiones o incluso con otras religiones que en otros tiempos ignoraba o combatía. El diálogo parte del respeto y la comprensión amorosa del otro, y se manifiesta en la disponibilidad a caminar juntos desde aquello que nos une en lo más profundo. La relación de dominio deja así paso a la del respeto de la alteridad, la fuerza de los argumentos a la de la vida.