Oponer teología a Magisterio es renunciar al patrimonio legado por el Espíritu a su Iglesia y predisponerse a la soberbia intelectual.
El Magisterio es un como un juego de pistas que bien interpretadas conducen a Dios, y no un conjunto de normas que limitan la razón.
El Magisterio es el ámbito donde la teología encuentra su mayor libertad, la promesa cumplida de llegar a ser luz para la humanidad.
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Nota para cristianos exaltados: El fanatismo y la imposición de la verdad nada tiene que ver con la verdadera fe cristiana
En efecto, la verdad es un anhelo del ser humano, y buscarla siempre supone un ejercicio de auténtica libertad. Muchos, sin embargo, prefieren los atajos e intentan eludir esta tarea. […] interpretan mal esta búsqueda de la verdad, llevándolos a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en «su verdad» e intentando imponerla a los demás. Son como aquellos legalistas obcecados que, al ver a Jesús golpeado y sangrante, gritan enfurecidos: «¡Crucifícalo!» (cf. Jn 19, 6). Sin embargo, quien actúa irracionalmente no puede llegar a ser discípulo de Jesús. Fe y razón son necesarias y complementarias en la búsqueda de la verdad. Dios creó al hombre con una innata vocación a la verdad y para esto lo dotó de razón. No es ciertamente la irracionalidad, sino el afán de verdad, lo que promueve la fe cristiana.
Santo Padre Benedicto XVI durante la homilía de la Santa Misa celebrada en la Plaza de la Revolución José Martí (La Habana, Cuba) el miércoles 28 de marzo de 2012. http://bit.ly/HDjmEu
Acojamos juntos el misterio de la vida. Feliz Navidad
Para concluir con estas reflexiones sobre el misterio (1, 2 y 3) y la forma de trasnsmitirlo, dejo la felicitación que hemos mandado este año en la comunidad, donde María y José han de enfrentarse a lo que no entienden ni conocen, y contárselo al otro y a los demás, y la fe y el amor han de estar por encima de la racionalidad para acogerlo, que no entenderlo.
Pues eso, que a partir de hoy sepamos acoger a Dios y lo demos a conocer, como el misterio que es, sin tratar de entenderlo como un problema científico-racional.
Al menos el 50% de la verdad es un misterio. Big Fish
En esta última referencia a Big Fish, me gustaría insistir en la distinción entre realidad y verdad. ¿se puede narrar objetivamente un sentimiento?
La vida y la muerte de una persona resulta indiferente si eliminamos la parte del misterio, del sentimiento, del espíritu, de Dios… la parte del sujeto o subjetiva, que no se puede más que aproximar en palabras. Además cambia a lo largo de la propia vida:
¿Cómo han de explicar los primeros discípulos la experiencia de Jesús, su resurrección y cómo vino al mundo si sentían que era hijo de Dios? ¿A caso puede llegar a darse una explicación racional de algo así? Lo que está claro es que, con el nacimiento de Jesús, sintieron que sus vidas cambiaron para siempre, que su esperanza se empezaba a hacer realidad y que hasta hoy nos sigue llegando esta influencia. Pero sigue siendo un misterio y no dejará de serlo.
Lo que nos queda, como al protagonista de Big Fish es formar parte del misterio o huir de él. Solo cuando lo acoge llega a ser plenamente feliz.
Que se conozca el misterio. Big Fish
¿Cómo explicarías lo que es el amor? ¿lo que es estar enamorado?
Siguiendo con la película de Big Fish, vemos distintas formas de representarlo, por ejemplo: la de la historia de cómo se enamoraron los padres del protagonista y la del amor que aun se tienen. En el primero lo describe y en el segundo forma parte de los hechos “reales” del transcurso de la película. No es lo mismo contar un sentimiento que tuvo lugar que sentirlo en este momento. Por eso al contar una historia de sentimientos, el narrador (o evangelista) ha de conseguir que revivas la experiencia, aunque para ello tenga que ser «infiel» a la realidad para llegar a la Verdad.
Tiene que ver con esto una cita de Thomas Merton a la que aludíamos en otra entrada de Nova Bella
Que nazca el misterio. Big Fish
Al contar la historia de la vida de mi padre, es imposible distinguir los hechos de la ficción, el hombre y el mito […] Lo mejor que puedo hacer es contarla tal y como él me la contó a mi. A veces no tiene sentido y en gran parte nunca pasó […] pero nuestra historia es así
Esta cita podría ser de algún evangelista o de alguno de los primeros cristianos, o de cualquiera de nosotros hablando de Jesús y de su vida, pero no, con estas palabras empieza la película “Big Fish” un film de 2003 de Tim Burton.
Con la búsqueda del Jesús histórico nos puede pasar como al protagonista de Big Fish: que nos desconectemos del misterio de la vida y consideremos falso todo lo que no sea históricamente demostrable o abarcable con la razón. En esta película, Burton, representa magistralmente la verdad que hay más hallá de las historias “reales”, ya que la realidad objetiva no es capaz de representar toda la verdad de la vida.
Perfectamente podemos aplicarlo a la verdad que esconde la escritura, que no se encuentra en su precisión histórica, sino en el misterio traducido en palabras y narraciones. Hablando de Jesús…
es imposible distinguir los hechos de la ficción, el hombre y el mito […] Lo mejor que puedo hacer es contarla tal y como él me la contó a mi. A veces no tiene sentido y en gran parte nunca pasó […] pero nuestra historia es así
Quien dice: «Es un misterio y punto, no se puede razonar», no ha entendido lo que es el misterio cristiano
Es un abuso alegar el misterio, como sucede no pocas veces, como pretexto para negar la comprensión. Cuando la teología dice tales disparates y cuando quiere no sólo justificarse, sino canonizarse aludiendo al misterio, no se entiende lo que es la verdadera idea del misterio; el misterio no quiere destruir la comprensión, sino posibilitar la fe como comprensión. Con otras palabras decimos que […] La forma con la que el hombre entra en contacto con la verdad del ser no es la forma del saber, sino la del comprender.
Joseph Ratzinger, «Introducción al cristianismo»
Ruptura fe y vida
La ruptura entre fe y vida en la iglesia actual tiene como tras fondo una realidad más profunda […] La separación entre fe y vida es para él (Hegel) manifestación de la alienación que caracteriza a la época moderna en su totalidad. A causa de la emancipación moderna del sujeto, el mundo exterior se convirtió cada vez más en mero objeto, material muerto del dominio del hombre sobre el mundo ejercido de modo siempre más perfecto con ayuda de la ciencia y técnica modernas[…] Entre tanto la religión se replegó cada vez más sobre el sujeto, convirtiéndose en nostalgia hueca y vacía de lo infinito. «La religión construye sus templos y altares en el corazón del individuo, buscando en suspiros y oraciones al Dios, cuya contemplación se niega, porque amenaza el peligro de la razón, que convertiría lo contemplado en cosa y la floresta en simple madera
«Jesús, el Cristo», Walter Kasper