Orantes IX

«Pablo es un místico y nada más que un místico», o sea un hombre verdaderamente enamorado de Cristo y de tal manera unido a El, de poder decir: Cristo vive en mí. La mística de san Pablo no se funda sólo en los eventos excepcionales por él vividos, sino también en la cotidiana e intensa relación con el Señor que lo ha sostenido siempre con su Gracia. La mística no lo ha alejado de la realidad, al contrario, le ha dado la fuerza para vivir cada día por Cristo y de construir la Iglesia hasta el fin del mundo de aquel tiempo. La unión con Dios no aleja del mundo, sino que nos da la fuerza de estar realmente, de hacer cuánto se debe hacer en el mundo.

También en nuestra vida de oración podemos tener quizás momentos de particular intensidad, en los que sentimos más viva la presencia del Señor, pero es importante la constancia, la fidelidad de la relación con Dios, sobretodo en las situaciones de aridez, de dificultad, de sufrimiento, de aparente ausencia de Dios.

Benedicto XVI, audiencia  general, miércoles 13 de junio 2012

Perder el espíritu. IDR Valencia

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, hermano de Santiago, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí que se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.

(Mt 17, 1-3)

al manifestar lo que uno cree haber descubierto lo reduce a un nivel común y tangible, y pierde lo que era mejor, lo que era espíritu y vida en ello.

«El signo de Jonás» Thomas Merton.
[Está hablando de los reparos que tiene de contar su experiencia de fe en un libro]

Los apóstoles viven una experiencia, la reducen a nivel «común y tangible», a palabras y texto, para su posterior predicación hasta hoy, y nosotros nos quedamos con lo fácil, la parte tangible como absoluto y único y nos perdemos lo mejor, lo que era vida, la propia experiencia que dio lugar al texto. Por más que expliquemos una historia y la contextualicemos en homilías eternas, no será más que un relato «común y tangible» de una experiencia ajena. ¿Qué hacer para recuperar el espíritu que Dios quiere poner en mí cada día? ¿Basta con quedarse sentado y «escuchar»? ¿Es el cura el único que pueda hablar de la experiencia de Dios?

La letra mata, el espíritu da vida

(2 Cor 3,6)

Durante este curso, en la diócesis de Valencia se ha puesto en marcha una iniciativa que me está pareciendo muy interesante: el Itinerario diocesano de renovación donde laicos, religiosos y sacerdotes, en pequeño grupos mixtos, comparten su experiencia entorno al Evangelio, formándose, actualizando su mensaje y llevándolo a la vida con pequeñas iniciativas que ayuden a experimentar el mensaje personalmente día a día.

Agora presenta: «INTRODUCCIÓN A SAN PABLO»

Con motivo del Año paulino, que celebra la Iglesia a lo largo del curso 2008-09, ÁGORA ESPIRITUALIDAD ofrece un CURSO INTRODUCTORIO A LA FIGURA, LAS OBRAS, Y LA ESPIRITUALIDAD DEL APOSTOL DE LOS GENTILES. El objetivo es conocer mejor su vida y sus escritos, pero sobre todo, desde ahí «CONOCER MEJOR A CRISTO Y SU EVANGELIO». Esto es lo que Pablo querría que siguiéramos haciendo hoy, dos mil años después. El Curso ofrecerá materiales bíblicos, pero también históricos, geográficos y artísticos, así como enlaces a la figura y obra de Pablo.

Comenzamos con una actividad:

1. «El Evangelio de Pablo«. Antología paulina. Para orar, cantar, y grabar en el corazón las grandes frases del apóstol Pablo. Comenzamos con un «juego». Se trata de leer las 50 frases, pasarlas por el corazón, rezarlas, canturrear alguna… Y elegir dos de ellas: la que más me gusta y la que menos conocía y me ha gustado conocer y descubrir. Si quieres…puedes compartir tu elección en el FORO DE NOVEDADES DE LA ESPIRITUALIDAD MARIANISTA.

Vía Enrique Aguilera, sm en Ágora Marianista, novedades de Espiritualidad