¿Un Dios sádico? ¿Un Dios chapucero? ¿Cómo vemos a Dios? Ponencias de Pagola y Gelabert

Una amiga me ha recomendado la siguiente entrevista para compartirla en Nova Bella.

Se trata de una ponencia de José Antonio Pagola en la VII Asamblea de predicación organizada por los Dominicos el pasado 2 de junio.

El tema y el desarrollo no me viene de nuevo, pero siempre me gusta recordarlo y que se oiga, porque a veces me da la sensación de que sí es nuevo para mucha gente.
Se trata de si Dios desea el sufrimiento del hombre.

¿Un Dios sádico? La expiación vicaria. José Antonio Pagola

La asamblea comienza sentando las bases del problema del mal, con la ponencia del fraile dominico Martín Gelabert, de quien he recibido clases, precisamente sobre estos temas entre otros, en la facultad de teología de los Dominicos durante este curso y el curso pasado y puedo decir que me gusta especialmente su forma de enfocar todos estos temas.

¿Un Dios chapucero? A vueltas con el problema del mal. Martín Gelabert, OP

Ambas ponencias me parecen muy interesantes para refrescar la idea que tenemos de Dios y de la religión.

Haiti. Otra llamada a acabar con la miseria

Es sólo ante la faz del horror cuando encontráis vuestro más noble yo, y podéis llegar a ser tan nobles

Cita de la conversación entre Gabriel y Jhon en la película Constantine

Lamentablemente volvemos a ponernos frente a la cara del horror y a descubrir que así sí podemos ser solidarios, sentirnos con-movidos por los que agonizan.

Por suerte, aun reaccionamos ante el horror, esperemos no seguir endureciendo nuestros sentidos y que no tengan que ser las desgracias cada vez mayores para que les prestemos atención.

¿Por qué ocurren estas cosas? ¿Por qué a los más pobres?. Algunos le echan la culpa a Dios, otros lo usan de argumento para decir que Dios no existe porque permite esto. Pero lo cierto es que “gracias”, y perdón por la palabra, a esta catástrofe, cambia nuestra indiferencia con los haitianos por un compromiso con ellos. Sólo ante el dolor, y por lo visto necesita ser cada vez más intenso, recordamos que en nuestras manos está hacer algo.

Sin embargo, una vez que Haití empiece a recuperarse con la masiva respuesta que está llegando desde todas partes del mundo, podríamos plantearnos que más de la mitad de los habitantes del plantea vive en una situación de miseria tal, que les convierte en pasto de cualquier inclemencia natural de la Tierra, grande o pequeña: fuego, viento, lluvia, terremoto. Si no hubiera miseria en el mundo, esto no habría pasado, habría provocado muchas menos víctimas o ninguna, y daños perfectamente asumibles por el país, como ocurre a lo largo del año muchas veces, en otras regiones más ricas. Así que la causa de la catástrofe me parece clara: Nosotros hemos permitido que ocurriera, el terremoto en sí es sólo un ingrediente más que ha acelerado la muerte de los que estábamos, ya desde antes, dejando morir de hambre más lentamente.

PODEMOS evitar la próxima catástrofe acabando con la miseria y la desigualdad. Es perfectamente posible pero tenemos que darnos cuenta y asumir nuestra responsabilidad, igual que la que se nos despierta en momentos puntuales. Yo creo que es posible.

Te invito a escuchar una canción que nos dejaba María hace algún tiempo y que nos invitaba a dar el paso y comprometernos con el mundo. El grito de mi generación.

Mientras, no dejemos de ayudar de todas las formas posibles al pueblo haitiano, y especialmente con la oración que eso siempre lo tenemos al alcance de la mano.